No cabe duda que el dinero está por encima de todo; algunos nos rehusamos a admitirlo pero lo que vemos a diario en nuestra cotidiana vida nos recuerda que así es. En cuanto aparece la existencia de ese elemento llamado dinero, inmediatamente se distorsiona lo normal, lo legal, lo que con sentido común y existencia de valores no debiera suceder, ya que al darse estas actitudes contradictorias a la honestidad todo se echa a perder… incluso las relaciones afectivas ya sea entre supuestos amigos o entre los miembros de la misma familia. Hago esta reflexión por lo que la noche del pasado sábado observé en el combate tanto tiempo esperado (bueno, la mercadotecnia cumplió su objetivo), me refiero al encuentro entre un esteta del ring y un novato aspirante a convertirse en ídolo (que no creo que lo logre). ¡Qué desilusión para los que conocemos un poquito de boxeo!, ya que la definición de la palabra “boxeo” es pegar sin que te peguen, si no pregúntenle a un gran campeón que se retiró invicto en más de cien peleas y su rostro parece de artista pero no de artista de terror, sino de galán de cine, con mucho respeto me refiero al “Finito López”. Existen en la historia del boxeo campeones que hicieron historia pero por méritos propios, no porque alguien a base de triquiñuelas disfrazadas de legales a toda costa quieran hacer ídolos donde no existen. Posiblemente los promotores de boxeo antes de ver en un imberbe muchacho de extracción humilde los atributos que se necesitan para convertirlo en un campeón, primero ven la docilidad de su carácter y sus ganas de obtener dinero rápido, obviamente que sea manejable para que obedezca las órdenes de esos grandes visionarios del deporte, que para ellos como representantes de estos muchachos aspirantes a ricos, lo único que les interesa es explorar las pocas cualidades que en algunos muchachos ven. Hago referencia a estas pocas cualidades, ya que como parte de su proyecto para logras sus fines económicos ganando grandes bolsas, deberán invertirle al negocio para lograrlo. ¿Y cómo lo van a lograr? Pues sencillo, comprando conciencias y voluntades entre los jueces, entre los representantes de otros boxeadores que por una dádiva están dispuestos a servir de escalón para que este nuevo “proyecto de gran campeón” logre su objetivo. Da coraje e impotencia presenciar esas peleas arregladas o compradas, en las cuales lo único que hacen es inflar al costal aspirante a campeón y no solo a campeón, sino a ídolo del pueblo, cosa que muy contados boxeadores han logrado hacer realidad. Entre éstos, el grande del boxeo Cassius Clay (Mohamed Ali), que trascendió en la historia de boxeo como pocos lo han hecho y cada vez que tengo oportunidad de hablar de él, no puedo evitar su frase que al respecto tenía: “Picar como abeja y flotar como mariposa”, refiriéndose a la forma de boxear. Ya que en el boxeo no se necesita poseer una mole de músculos, sino de otras tantas cualidades que en conjunto logran una virtuosa gama de conocimientos mediante los cuales un aspirante a boxeador llegara a ser un verdadero campeón. Ya no hablemos de los anteriores boxeadores que dejaban la vida en el ring cuando las peleas eran de quince rounds, a lo mejor no era lo más recomendable para ellos, pero ahí demostraban el verdadero valor que poseían para practicar este difícil deporte de los puños. (Continuará…) Atentamente Alfredo Flores Zamora