Bernabé Esquer se convirtió en Síndico Social del Ayuntamiento de Tijuana, por obra y gracia de Antonio Valladolid. El cargo lo ostenta el Secretario de Finanzas, dado que los de elección popular son puestos irrenunciables. Pero como Valladolid traía en sus planes convertirse en candidato a Presidente Municipal en la elección del 2016, intentó renunciar al cargo, realmente solicitó licencia, y entró su suplente, Bernabé Esquer. Y ahí se quedó a disfrutar del presupuesto y el cargo sin tener siquiera responsabilidades limitadas. Bueno, tan no funcionó la figura que la de este trienio será la única. Los diputados han votado por eliminar la Sindicatura Social y lo aprobaron. En Tijuana, Esquer manejaba un presupuesto de 18 millones de pesos al año. En el oscurantismo, no se sabe a ciencia cierta ni en qué los utiliza y cuál es el beneficio tanto para el Gobierno como para la ciudadanía. Pero si se dice manejaba, es porque en el último año ya no lo hará. Ante la negativa de los diputados a aprobar el plan de Jorge Astiazarán para un nuevo programa de luminarias, el Alcalde iniciará una serie de recortes presupuestales, principalmente en gasto corriente, para juntar algo de dinero y dejar por lo menos parte de la ciudad, la más vistosa o a la mano, iluminada. Y a uno de los que impactará el recorte, será precisamente a Bernabé Esquer. De los 18 millones que tenía le quitarán 10, para enviarlos al fondo para luminarias. Más del 50 por ciento a una dependencia que está a punto de desaparecer no suena del todo erróneo, especialmente cuando, dicen cerca de la oficina de la Presidencia Municipal, entre los gastos del Síndico Social, se encontraban 6.5 millones de pesos destinados al pago de asesores, y dos millones para la compra de propaganda y publicidad, cualquier cosa, pues.