Señor Beltrán… ahí le hablan

El 18 de septiembre de 2015, Protección Civil y peritos de la Dirección de Administración Urbana de Tijuana cerraron por tiempo indefinido el estacionamiento que bajo la plaza cívica del Palacio Municipal tiene aún -hay un proceso de revocación de concesión en curso- la empresa Administradora de Obras y Concesiones, S.A. de C.V., en conjunto con Constructora Makro S.A de C.V.; Urbanización y Riego Baja California, S.A. de C.V.; Futura Industria, S.A. de C.V. e Ingeniería de Bombas y Controles S.A. Y bueno, no hay nada qué hacer por la plaza cívica. Fue tan mala la planeación de la obra de estacionamiento, que las fallas de estructura la hacen literalmente insostenible. Vaya, ni pequeña concentración se puede dar ante el riesgo de que aquello se derrumbe. La pésima decisión y la alevosa concesión se dieron en el Ayuntamiento que encabezó Jorge Ramos, pero las consecuencias se siguen pagando. Pero, dicen, hay un remedio. Uno de los socios de la malísima obra, amigo entonces de Jorge Ramos y hoy beneficiario y benefactor del gobernador Francisco Vega de Lamadrid, es Fernando Beltrán. Promotor de box, rielero (le dieron la concesión de la vía corta), hotelero, entre otros negocios y con harto poder adquisitivo y capital, podría responder por las empresas que atendiendo el llamado de un alcalde a su persona, le quitaron a la ciudad la plaza cívica, y reforzar la estructura o hacerla de nuevo, para que la plaza pueda ser ocupada como lo fue en el pasado, por más de diez mil personas al mismo tiempo, entre esas ocasiones, las ceremonias del Grito de Independencia. Es cuestión de buscar un mediador y de convencer a don Fernando Beltrán y a sus socios que le regresen algo a la ciudad. ¿No?