“Te confieso que apenas me acaba de caer el veinte”, son las primeras palabras que Enrique Von Borstel, presidente de Bulldog Productions, externa a ZETA al hablar del aniversario de su empresa. Se le nota relajado, pero conforme avanza la conversación, su rostro cambia y refleja el sentir de cada momento que narra: “En retrospectiva a estos 25 años, te puedo decir que son muchas emociones encontradas, muchas alegrías, muchos llantos y mucho estrés, pero al final de cuentas también mucha satisfacción, porque hemos logrado permanecer vigentes en un mercado que cada día es más competitivo, más complicado, más saturado”. No miente. La productora es de las pocas consolidadas en la ciudad, gracias a su constancia y calidad en eventos, aunque él le atañe su permanencia a las ganas y pasión que siente por lo que hace. Historia que comenzó a escribirse en 1989, cuando viajó a Hong Kong, China, buscando una oportunidad de trabajar en algo relacionado a economía, carrera que estudió. “Trabajé en una empresa que se llama Hong Kong Trade Development Council, en aquel entonces un ente dedicado a la promoción y desarrollo económico de Hong Kong. Me tocó empaparme con todo lo que tenía que ver con la realización de convenciones, expos, seminarios, pláticas y eventos donde había que organizar cierta logística para convocar a personas y desarrollar eventos. Esos fueron mis inicios en la producción de eventos”, recuerda quien regresó a Tijuana en 1990 y, dos años después, organizó su primera actividad, al traer a Miguel Mateos al Auditorio Municipal. Era la época en que se estaban dando los primeros discos de Maldita Vecindad, Caifanes, Cuca y Santa Sabina, situación que le permitió instituir los miércoles de rock en la Feria Tijuana, cuando se encargó de su organización en 1993 y comenzó a especializarse en conciertos. Sobre ello, declaró: “No fue planeado en lo absoluto, yo creo que se da circunstancialmente porque realmente mi enfoque era la organización de eventos en general, no solo musicalmente. La música y los conciertos como tal se empiezan a dar por mera coincidencia en el sentir del gusto mío, que buscaba trabajar en un género que me gustaba y sigue gustando, el rock. Hemos hecho muchos otros géneros, pero el rock siempre ha sido el sello permanente de nuestra empresa”. 
Con una visión más clara del rumbo que quería seguir, su siguiente objetivo fue contar con una sede propia que le permitiera obtener ingresos adicionales a la taquilla, sueño que concretó en 2003 con El Foro y que, posteriormente, trasladó a un modelo más sencillo a través de Black Box. En ambos espacios ha conocido realmente cómo es trabajar en la organización de eventos: “Es un negocio muy complejo, para empezar. Es un negocio muy difícil porque es muy desleal en todos los sentidos, desleal en que siempre busca las circunstancias, el negocio es irse con el mejor postor. Estos últimos diez años de nuestra carrera hemos podido sobresalir por nuestra persistencia, tenacidad y por ser cumplidos con los artistas con los que hemos trabajado por mucho tiempo. A estas alturas el reconocimiento es poder seguir teniendo esa relación de trabajo, que ahora sí ya no es el mejor postor, sino el que le garantice un buen trabajo”. — Entonces, ¿qué ha sido lo más difícil en estos años? “Aguantar las malas épocas económicas, especialmente cuando hay una recesión en Estados Unidos y nos pega. Para nosotros 2010 fue una época difícil en la cuestión económica, pero como todos, buscamos compactar nuestra operación, ser más eficientes con lo mismo y aguantar esos malos tiempos para seguir en los buenos. La inseguridad también fue muy difícil, porque justo nos tocó cuando incursionamos en el proyecto de El Foro, veíamos una resistencia por buscar divertirse, pero te puedo decir que fuimos alguien que comprobó que la gente nunca dejó de salir”. — Pero pese a todo, los eventos siguieron. ¿Cuáles recuerdas como los más memorables? “En mi mente queda Morrissey como un momento importante porque fue una negociación compleja, un evento complejo y una producción compleja, pero creo que tuvo un resultado positivo. El regresar a Luis Miguel a la ciudad después de doce años de no estar aquí, cuando vino por tres noches a El Foro. Alejandro Fernández en la canalización del Río, un reto muy grande y con muchas áreas que logramos en menos de un mes. Aunque, a final de cuentas, cada evento me deja una memoria muy particular, desde Aterciopelados hasta Lucybell, que hemos hecho una carrera y amistad juntos, porque lejos de tener una relación con las oficinas de esos artistas ya tenemos una amistad, ya somos amigos, son parte de mi familia y yo parte de la de ellos; ese es el tesoro más grande que tengo de estos 25 años”. — ¿Qué reto sigue después de un aniversario tan importante? “Te tengo que confesar que en este proceso tuve que decidir que si quiero sobresalir en el mercado en esta región, debo tener más enfocado y claro a dónde van mis 25 años siguientes. Primero que Dios me dé salud para poderlos tener, y segundo, llegué a la decisión de que mi encomienda va a estar centrada en la atención a mis asistentes, indiferentemente de quién esté parado en el escenario. Mi esfuerzo ahora va a estar enfocado en poder garantizarle al asistente una experiencia como la que está buscando. Qué quiere decir: desde que las entradas sean agiles, se respeten las secciones, haya suficientes baños, se les respeten butacas, orden en el evento, cosas básicas y primordiales que hemos perdido de noción todos los empresarios, y me incluyo en ellos como reflejo de otros, sin señalar a ninguno en específico. Ese creo que debe y va a ser nuestro enfoque para la siguiente etapa de nuestra empresa”, finaliza Von Borstel. Apto para todas las edades, el evento que conmemorará los 25 años de Bulldog Productions se llevará a cabo el 14 de noviembre en el Parque Morelos, teniendo como protagonistas a Zoé y Café Tacvba.
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