A estas horas, Jorge Hank Rhon y Carlos Bustamante Anchondo, los dos únicos operadores de casinos en Tijuana –ambos ex presidentes municipales del PRI– ya han de saber que el gobierno de Jorge Astiazarán Orcí está intentando mandar la Ley de Ingresos con aumentos en los impuestos que impactaría su mercado. El asunto está raro. En 2015, el alcalde bajó los impuestos para las operaciones de casinos, entonces prácticamente monopolio de Hank. En 2016, con la apertura de un nuevo centro de apuestas –éste propiedad de Bustamante–, Astiazarán los aumentará. Y es que en el círculo cercano del alcalde, recuerdan que cuando tomó la presidencia municipal de Tijuana no le agradó enterarse que Bustamante abriría un lugar con ese giro en el Grand Hotel. Intentó, incluso, obstaculizar los planes del heredero de don Alfonso Bustamante Labastida. Hay dos salidas, o Astiazarán protege el monopolio del casino o bien, por convicción –y de un año al otro– pensó que siempre sí es una buena idea captar algo de las millonarias ganancias de los juegos del azar y las apuestas del vicio.