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sábado, abril 6, 2024
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Siempre dinamitar los puentes

El 2 de diciembre de 2012 las principales fuerzas políticas de nuestro país firmaron un acuerdo al que denominaron “Pacto por México”. En él dejaron en claro la voluntad de los participantes por lograr una transformación de fondo al marco jurídico nacional y trabajar a través de la representación que cada uno tenía en el Congreso de la Unión, para la aprobación de las muchas veces denominadas “reformas estructurales”. Lograda la mayor parte de ellas a los partidos ya no les interesó honrar su palabra. Previamente a la firma, en octubre del 2012, a propuesta del aún equipo de transición del presidente electo Peña Nieto, se reunieron los futuros secretarios de Gobernación y de Hacienda, con los presidentes de los partidos políticos de Acción Nacional, de la Revolución Democrática y el Revolucionario Institucional, para acordar fondo y forma de lo que el futuro gobierno consideraba entonces, su gran apuesta de transformación. De esa manera se incorporaron a los trabajos del Pacto por México: Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio (del PRI-equipo de transición), Gustavo Madero y Santiago Creel (del PAN) y Jesús Zambrano y Jesús Ortega (del PRD) y en la parte técnica Aurelio Nuño del equipo de transición y del PRI, Juan Molinar del PAN, Carlos Navarrete del PRD y José Murat. Los primeros acuerdos fueron a la forma: elementos básicamente para encontrar un método de trabajo y poder alcanzar acuerdos. Luego los acuerdos al fondo, una declaración de intenciones que comprometieran a los actores a transitar por un complejo y arduo camino de transformaciones a diversas leyes y ordenamientos en el entendido de la composición pluripartidista tanto de la Cámara de Senadores como de la de Diputados. En el mediano plazo la estrategia del naciente gobierno dio frutos; las reformas Educativa, Hacendaria, Energética, de Telecomunicaciones, Financiera, la Laboral, Política y la de Transparencia, que por 15 años habían sido obstaculizadas por diferentes partidos y gobiernos, fueron aprobadas con la participación de los integrantes del Pacto, si bien no en todos los casos con el voto de consenso, sí con el análisis y discusión de los integrantes y el resto de las bancadas en el Congreso. Sin sorpresas. Transcurrido el tiempo (a tres años de gobierno federal) no todas las reformas han traído transformaciones positivas y progreso al país, por ejemplo si bien es claro que la Hacendaria fue insuficiente y nociva para algunos sectores, por otra parte la Energética y la de Comunicaciones están detonando rubros que difícilmente lo hubieran logrado sin los cambios. En México estamos acostumbrados a siempre “dinamitar” políticamente puentes y cualquier acuerdo efectuado si las circunstancias o las formas ya no nos acomodan; estamos hechos a la idea de que los políticos puedan usar de rehén de las intenciones de grupo o las individuales, la palabra, los convenios y aún los acuerdos firmados, porque a la menor provocación u objeción, se vale “rajarse”. Precisamente uno de los puntos del Pacto por México relativo a la forma, fue el de no utilizar con fines partidistas o electorales, las propuestas, las discusiones ni los acuerdos; solo que hoy que por razones no necesariamente imputables al Pacto, el agua llega a los aparejos de los partidos políticos y hay nuevos actores en los timones de cada uno, se antoja fácil desconocer la institucionalidad que se representa y con mayor razón cualquier acuerdo. El presidente Peña Nieto sometió al Congreso de la Unión el Paquete Financiero 2016. Valdría la pena retomar los principios acordados en el Pacto por México, renovarlos y en congruencia actuar por el bien mayor de la patria. No debiera ser tan complicado tomar acuerdos reales y conservarlos en nuestro país, si algún día habremos de madurar, este es un momento histórico extremadamente necesario. Que la historia lo registre.- A principio de la década de los 80’s, derivado de lo que se consideró un trato discriminatorio, abusivo y grosero en contra del equipo de futbol de Costa Rica por parte de los comentaristas deportivos mexicanos, aquella nación intentó romper relaciones diplomáticas con México. No pasó del intento, además ya casi siempre nos ganan. Botón rojo.- Si en el caso de los turistas mexicanos atacados y muertos a manos del ejército de Egipto, no se detiene y se castiga pronta y expeditamente a los responsables, ¿qué debe hacer nuestro gobierno? Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com


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