En un acto de negligencia, el cuerpo de una bebé de días de nacida que pesó poco más de un kilogramo y midió cuarenta centímetros de estatura se extravió dentro del edificio que comparten el Servicio Médico Forense (SEMEFO) y Velatorios DIF. La familia no ha tenido oportunidad de enfrentar el duelo que les dejó la pérdida de su hija, a quien en vida pensaban llamar Guadalupe, y que hace poco más de una semana falleció en el Hospital General de Ensenada. El jueves 3 de septiembre, un grupo de policías ministeriales hurgaron las instalaciones, refrigeradores y hasta sábanas para cubrir a las víctimas, basura y archivos, todo lo que se comparte con el DIF. Cada rincón del inmueble, donde además realizaron entrevistas al personal médico, técnico, de limpieza, administrativos, en busca de una pista que encamine al paradero del cadáver de la niña. “A veces el personal de velatorios viene y se lleva sábanas envueltas, así entran y salen”, relató uno de los trabajadores del SEMEFO. En el mismo lugar, la recepcionista advirtió que nadie podía hablar sobre el tema, al igual que el coordinador del Servicio Médico Forense, Iván Lucero Román. La investigación está abierta con el número 5621/15/311, luego de que el 31 de agosto, los familiares de la fallecida declararon que el cadáver de la pequeña no se les entregó ni en el SEMEFO -dependiente del Tribunal Superior de Justicia del Estado-, y menos aún en Velatorios DIF. La pareja vio nacer a la bebé el 25 de agosto, día en que la madre fue atendida de urgencia por paramédicos de la Cruz Roja Mexicana por una complicación que la obligó a dar a luz a los siete y medio meses de embarazo, y por la gravedad en que se encontraba la recién nacida, esta murió 48 horas después.
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