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viernes, septiembre 20, 2024
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De vuelta a una Secretaría de Cultura federal

Durante su III Informe de Gobierno, Enrique Peña Nieto abordó de manera escueta el tema de la Cultura en dos partes: Primero sintetizó que “en el último año, se realizaron más de 734 mil actividades artísticas y culturales, destacando las exposiciones de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci en el Palacio de Bellas Artes”. Su informe se limitó a la cantidad de público en espacios culturales: “Tan solo los museos y zonas arqueológicas, fueron visitados por 26.3 millones de personas, un millón más que el año pasado”, hasta ahí su informe. Luego, como parte de las 10 medidas que llevará a cabo en lo que resta de su gobierno, anunció: “Daremos un renovado impulso a la cultura de nuestro país. Es convicción de este gobierno que todos los mexicanos tengan acceso a la cultura y, al mismo tiempo, puedan crear y expresarse a través del arte. México debe tener una institución de Estado que esté a la altura de este desafío. Por ello, en breve presentaré una iniciativa para crear la Secretaría de Cultura. “Esta decisión es resultado del análisis del presupuesto de Base Cero y de la metodología que hemos empleado. Lejos de implicar un mayor gasto, permitirá optimizar y dar mayor relevancia a la inversión que se realiza en cultura”, expresó Peña Nieto.   “Realidad asfixiante” Actualmente, en materia de la cultura federal, el Estado mexicano cuenta el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), dependiente de la Secretaría de Educación, como principal rector cultural en el país del gobierno en turno. Fundado por decreto presidencial por Carlos Salinas de Gortari el 7 de diciembre de 1988, el CONACULTA -antes Secretaría de Cultura- surgió para “coordinar todas las unidades administrativas e instituciones públicas, cuya labor es promover y difundir la cultura y las artes”. Pero la burocracia y el gasto corriente terminaron por asfixiar al Consejo: en la edición 1718 de ZETA, correspondiente al 2 de marzo de 2007, el entonces titular del CONACULTA, Sergio Vela, expresó refiriéndose al propio CONACULTA y al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), principalmente: “Hay una realidad que es muy asfixiante para las instituciones  (culturales)”. Y Teresa Vicencio Álvarez, directora general del INBA entre 2009 y 2012, manifestó también a este Semanario: “El CONACULTA, al final no acaba de tener una personalidad jurídica y que no podemos negar su impronta en la sociedad, pero que jurídicamente presenta dificultades”. Vicencio Álvarez agregó sobre lo que no terminó por cuajar durante el sexenio de Felipe Calderón: “Hay voces sobre una Secretaría de Cultura, hay voces sobre otorgarle otro tipo de personalidad jurídica al CONACULTA, hay muchas cosas; con la sociedad misma, con el Congreso, con el propio Poder Ejecutivo, tendremos que ir decidiendo para dónde va esto, porque en la operación misma ya presenta dificultades que entorpecen lo que se quisiera hacer desde las instituciones”. Finalmente, antes que un proyecto argumentado en políticas culturales, al igual que la educativa y otras reformas, la iniciativa de Enrique Peña Nieto de regresar a la estructura antigua de una Secretaría de Cultura está fundamentada en el tema presupuestal y el discurso de la optimización de recursos. En pocas palabras, con la regresión de Consejo a Secretaría, el sector cultura a nivel federal ya no recibiría la asignación de recursos vía SEP. En vez de ello sería el ejecutor de sus propios recursos, lo que lo dotaría de mayor autonomía, aunque la lógica apuntaría hacia una reducción del presupuesto que el gobierno habría de destinar para este rubro. 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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