El Gobierno de Enrique Peña Nieto no termina de sorprender a los mexicanos leídos. Vaya, cuando uno cree que no puede haber sorna más profunda que la irrisoria fuga de Joaquín Guzmán Loera del paradigma de las prisiones de máxima seguridad en México, a Peña se le cae a pedazos gigantes y pesados la teoría oficial de la PGR sobre el destino final y trágico de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, que según habían asumido y “comprobado científicamente” fueron incinerados en una hechiza hoguera en un basurero de Cocula. Y luego el sorprendente e increíble tercer informe de gobierno que solo retrató las condiciones de la burbuja en la cual viven el Presidente y su gabinete, y que está alejada de la realidad que soportan los mexicanos. En el México real hay devaluación de la moneda, hay pobreza, hay sangre y plomo, hay inequidad, injusticia e impunidad, en el país de Peña, no. Entonces… vinieron los cambios a su gabinete. La balandronada esa de sacar de Turismo a la titular Claudia Ruiz Massieu (de las cuatachas del preciso), para enviarla a la delicada labor de las Relaciones Exteriores en calidad de Canciller. Y justo cuando el gabinete peñista asimilaba que eso de turistear es el preámbulo de la diplomacia, a México y a la Ruiz, les viene el primer golpe. Hasta el momento ocho turistas mexicanos fallecidos en un ataque aéreo cuando realizaban actividades de exploración y recreación en Egipto. Las informaciones iniciales no llegaron por parte de la Cancillería Mexicana, sino desde el Gobierno de aquel país. Los turistas mexicanos –en compañía de otros y guías de turismo además- habían entrado en territorio restringido donde las fuerzas de seguridad buscaban terroristas. Los turistas se transportaban en vehículos cuatro por cuatro todo terreno, similares a los que utilizan –dicen- los terroristas y por eso las fuerzas los atacaron, asesinando a varios de ellos y enviando en calidad de graves a otros al Hospital. Ahora sí que fue el Estado, egipcio. Sin embargo, la Canciller Ruiz Massieu, no ha realizado a nombre del Gobierno que representa y de los mexicanos todos, un extrañamiento al Gobierno egipcio a pesar de los elementos de incapacidad que tuvieron para determinar que el blanco al que atacarían eran turistas y no terroristas. El Gobierno Mexicano ha tenido un comportamiento manso ante el asesinato de sus connacionales en una guerra que no es la suya. En un país extraño donde les vendieron la exploración, los permisos, la seguridad, y a cambio encontraron la muerte. En los días iniciales la ex Secretaria de Turismo no mostró el talante, ni la personalidad mucho menos la seriedad y la severidad que se requiere cuando de manera injusta, alevosa y aciaga, un grupo de mexicanos es asesinado en el exterior. Vaya, ni al estilo de otros países, ha emitido una alerta extraordinaria para que mexicanos no viajen a Egipto ante la falta de condiciones de seguridad (como las muchas alertas que se emiten sobre las distintas regiones de México, y que el Gobierno lee sin tomar medidas para no ahuyentar al turismo extranjero de nuestras tierras). El tema seguirá hasta que no se conozca la identidad de todos los mexicanos que fueron atacados por las fuerzas de seguridad, y se proporcione una versión real, lógica y de comprobación científica sobre lo sucedido, más allá de una confusión por los automóviles utilizados (¿Recuerdan cuando la PGR determinó que al Cardenal Posadas Ocampo lo asesinaron por trasladarse en un vehículo igual al que utilizaba Joaquín Guzmán Loera en 1993, y nadie creyó esa teoría?). El 17 de marzo de 1995, Humberto Roque celebró el aumento del IVA con la “Roqueseñal” Antes del ataque a los turistas mexicanos (sin consecuencias diplomáticas ni posicionamientos de defensa de la vida y la seguridad de los mexicanos), muchos mexicanos no salían del asombro de la segunda parte de nombramientos en el gabinete. Particularmente sobre dos personas: la revivida política que le dieron a Humberto Roque Villanueva al, a sus 72 años, nombrarlo subsecretario de población, migración y asuntos religiosos. No que creamos que no se debe emplear a personas de la tercera edad, pero por Dios, habiendo tanto doctorado, maestros, especialistas en los campos, expertos al detalle en los fenómenos migratorios, en el análisis de la población, venir a ubicar ahí a quien su más célebre momento fue cuando en marzo de 1995 hizo la señal que indicaba que se había cogido a los mexicanos al ganar la votación en la Cámara de Diputados para incrementar el IVA del 10 al 15 por ciento, a partir de entonces la conocida “roqueseñal”. (Sólo que sea por eso que le hayan invitado al Gabinete, pues con la homologación del IVA al gabinete económico de Peña Nieto solo le faltó hacer la “roqueseñal”). Y luego… la Iglesia en manos de Lutero, o la prevención del delito en manos de Arturo Escobar. El ya señor representante del Partido Verde Ecologista de México, que se ha distinguido por la sospecha de comisión de delitos misma que ha despertó con diversas conductas a lo largo de su meteórica carrera política y prosperidad financiera. El Subsecretario de Prevención del Delito, Arturo Escobar, usted lo recordará, fue detenido en 2009, justo un día antes de las elecciones intermedias federales en México, en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, portando y cargando un lujoso maletín que contenía más de un millón de pesos en efectivo. Como es de esperarse, el entonces Senador por el Verde, no fue detenido. Se le creyeron y se dieron por válidas, cada una en su momento clave, las versiones que proporcionó a la autoridad para justificar cargar con el efectivo. En la última campaña, Escobar y su partido pasaron a la historia por ser los resguardos de la impunidad electoral, al haber violentado las leyes electorales durante la campaña –otra vez- de las elecciones intermedias de 2012 para renovar la Cámara de Diputados. Más de 600 millones de pesos en multas lograron los verdes, pero Escobar los defendió con pasión para mantener la impunidad política, la misma que hace unos días, lo llevó de la mano de Miguel Ángel Osorio Chong, y seguramente por su cuatismo con Manlio Fabio Beltrones Rivera, a convertirse contra toda lógica, en Subsecretario de Prevención del Delito, sin más experiencia que la de haber corrompido la Ley y burlado a la justicia. Y, lo que sigue…