Quizá nosotros quisimos enderezar los agravios que genera la mala implementación gubernamental, mezclado con el poder y de la mano de la corrupción. No nos dejan. Uno sufraga en tiempo de elección y ellos los seleccionados al poder y la política no cumplen con su encomienda. Hay leyes y Constitución y no se ejercen. Me llamó mucho la atención en ZETA’s anteriores la incomodidad o inquietud de jóvenes estudiantes de primaria que mostraron con escritos en ZETA sus atinados y excelentes puntos de vista, jóvenes que despiertan y analizan, lo que actualmente pasa en el país y ecológicamente en el mundo. Platico con mis hijos, en ustedes está el cambio, a nosotros nos ha cobijado un gobierno-tiranía de casi 70 años, gobernó el país y no nos dejan crecer, corrupción, robos y devaluaciones desde 1976. Un ejemplo de ingobernabilidad, la fuga de tal individuo de esa cárcel segura. El agravio no cae sobre el honesto ciudadano, cae en el mero Ejecutivo federal, que no nos quiera indilgar omisiones que están en sus manos. Les tocará a los nuevos jóvenes poner orden en el país, primera y segunda generación de ciudadanos. No nos han dejado ver la cumbre, el éxito, la bonanza, que dese hace años debió arribar al suelo azteca. La vida es cara, se agotan los bienes nacionales, no hay planes a futuro y el país está en el caos. De Tijuana a Chiapas, los nuevos jóvenes tendrán el coraje y el talento, el amor a su patria, de darle un rumbo bien ingeniado, sin errores y todo por un fin, vivir la democracia en tal plenitud, pues ver hacia atrás es señal de que iban los caminos torcidos, hacia la desembocadura del buen vivir y a la plenitud de vivir mejor. Los jóvenes: en sus manos está el futuro. Ya no pueden seguir ellos con los caminos que nos tocó ver y vivir. A mis hijos les explico, los pongo alerta, de que no repitan los errores del monopólico gobierno y la tiranía gubernamental que ha dejado más de 60 millones de pobres. Exigir, acordar, proponer, estudiar, prepararse, ser incorruptibles cuando sean grandes y si se pude profesionistas. En ellos está la esperanza. Morena no es la esperanza de México, son los jóvenes que tienen que venir más dispuestos, sin temor, sin miedo y con un plan a futuro, dar otro horizonte al país en todos sus ámbitos. Hoy los jóvenes están más despiertos. A ellos les tocará hacer lo que aún no se ha hecho, revolucionar para progresar y vivir mejor. ¡Ya es hora! Leopoldo Durán R. Tijuana, B. C.