Aunque “Pippin” es un musical que primero se estrenó en los años setenta, sigue en auge fundamentalmente por su temática universal: la búsqueda del sentido de la vida. Concebido en torno al libro de Roger O. Hirson, con la colaboración del director del primer montaje en Broadway, Bob Forre, y la música y letras de Stephen Schwartz, este musical puede considerarse ya un trozo de historia dentro del género, mismo que del 25 al 30 de agosto, el público local podrá apreciar gracias a la gira de Broadway San Diego, que en esas fechas estará en el Teatro Civic. El factor que vale la pena observar es precisamente la música que tiene la tradición roquera de la época muy presente para contar la vida de “Pippin” en boca del Líder de la Banda que encabeza a un misterioso grupo de artistas. Con esta narración se conoce al protagonista y a su padre, Carlomagno, aunque ambos personajes que datan a la Edad Media no están muy apegados a lo que tanto han descrito los historiadores. Más que hechos, lo que esta escenificación cuenta es una lección de valentía ante una de las preguntas más complejas que puede hacerse la humanidad. Y todo expuesto a través de un montaje que en 2013 ganó el Premio Tony como Mejor Nuevo Montaje de una Obra, llena de acrobacia y de un ambiente circense y de cabaret que llena de emoción el desarrollo de esta atrevida propuesta. A unos días antes del estreno en San Diego, ZETA tuvo oportunidad de charlar con Priscilla Lopez, la veterana artista de Broadway que interpretó el papel de “Fastrada”, la madrastra, en el elenco original de “Pippin” en 1974 -como reemplazo de Leland Palmer-y ahora vuelve en el papel de “Berthe”, la abuela del joven protagonista, en esta nueva versión. De raíces colombianas y oriunda de Nueva York, Lopez gozó la fama de Broadway cuando siendo muy joven creó el personaje de Diana Morales como parte del elenco original de “A Chorus Line”, uno de los musicales más memorables de Broadway. Esto, sumado al Tony que recibió en 1980 por su trabajo en “A Day in Hollywood/A Night in the Ukraine”, la consagraron en uno de los escenarios más competitivos del mundo, y toda esa experiencia que se debió a la pasión que desde niña sintió por el teatro, es lo que ofrece ahora en su regreso a “Pippin”. “Supongo que de niña al ver los musicales en la televisión en los años cincuenta yo quería ser parte de todo eso. Recuerdo haber ido a ver la versión en cine de ‘El Rey y Yo’, y yo me quedé totalmente atrapada, me picó el entusiasmo en ese momento y me enamoré de los musicales. Luego tuve la suerte de que mi mamá me apoyó mucho y me metió a la escuela de danza y ahí empezó todo”, dice la artista en entrevista con el Semanario, mientras la gira hace escala en Chicago. Con el paso de los años, y después de forjar una admirable trayectoria en Broadway, Lopez vuelve a sus inicios con “Pippin”, una obra que la ha acompañado en el pasado y que la pone hoy frente al público en diversas ciudades de Estados Unidos. 
“En aquel entonces (1974) yo era la madrastra de John Rubinstein, y ahora (2015) soy la mamá de John Rubinstein, así es que él pasó de ser ‘Pippin’ a ser el rey, y yo de ser la reina a ser la abuela, y es muy bonito tener un compañero así en esta batalla”. — ¿Cómo se compara haber estado en la obra en aquel entonces y volver a participar en años recientes? “Lo que sucede es que a lo largo de estos años he hecho muchas obras y he visto muchas nuevas versiones de la obra, y amé tanto a ‘Pippin’, que me dije, no veré esta nueva versión porque no quiero decepcionarme, entonces no la vi, y luego me pidieron que me uniera a esta compañía actual y dije, bueno, me dieron el papel y dije, entonces debo ver el espectáculo; y cuando lo vi me encantó, pero me espanté porque dije, ¡Dios mío, cómo voy a hacer eso!, ¡En qué me metí! Pero es maravilloso, muy especial y divertido, y estoy muy contenta. “Me encantó formar parte de las dos producciones, las dos son muy especiales y muy diferentes. El ‘Pippin’ original era un grupo de actores, y en este ‘Pippin’ hay gente de circo, entonces son dos ángulos muy distintos que son igualmente satisfactorios. Para mí la parte más satisfactoria es la música, que me encanta, y cuando la oigo me pongo nostálgica. Antes me encantaba, pero ahora la oigo y me da nostalgia, tú sabes, es el inicio de mi carrera y los recuerdos son maravillosos”. — ¿Por qué “Pippin” es tan especial? “Porque es la pregunta universal, qué hago con mi vida, y en términos de lo que me encanta es que mi personaje le dice qué hacer con su vida, disfrutarla. Esa es la manera más sencilla de explicarlo, ‘Pippin’ está buscando qué hacer y su abuela le dice que viva la vida ahora y él también descubre por su cuenta que todo depende de las relaciones que tengas en tu vida y de la gente que amas, así es que creo que por eso llama la atención, porque esa es la verdad para todos”.
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