<div class=”_1dwg” style=”padding: 12px 12px 0px; color: rgb(20, 24, 35); font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px; -webkit-text-size-adjust: auto;”> De 10:00 de la mañana a 2:00 de la tarde, cada sábado y domingo, decenas de personas se dan cita en la frontera entre Tijuana y San Diego, con la intención de reunirse con familiares que por cuestiones legales no pueden entrar o salir de Estados Unidos. El Parque de la Amistad, a un costado del faro de Playas de Tijuana, es el lugar donde se llevan a cabo estos reencuentros. Después de 16 años de no verlo, la señora Esther viajó desde la Ciudad de México para reencontrarse con su nieto mayor, quien vive en el país vecino. Grupos no mayores a 25 personas, tienen un tiempo de 20 minutos para estar en el área establecida por parte de las autoridades americanas, de lado contrario, en territorio mexicano, no hay reglas para realizar la “visita”. Con acciones como esta se busca ayudar a que familias separadas territorialmente tengan un poco de contacto, comentó Roberto Vivar, integrante de la organización Ángeles de la Frontera. A través de una reja y una malla que no permiten mayor contacto que el roce de los dedos, Esther vio a su nieto aproximadamente por 10 minutos. El tiempo no fue suficiente, “me voy triste”, dice. Aunque el tiempo no alcance ni las condiciones sean las adecuadas, entre lágrimas y risas los familiares no pierden la oportunidad de platicar y hacer planes para el futuro, en el cual estarán juntos, de un mismo lado, sin ninguna frontera.