A Gastón Luken Garza, lo único que le hace falta para concluir -finalmente- el proceso y ser militante activo en el Partido Acción Nacional, es un curso que debe tomar vía electrónica. Después de haber colaborado con un gobierno de extracción perredista, como lo fue el de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (1997-1999), y de hecho haber continuado en la encomienda cuando este solicitó licencia y dejó en su lugar a Rosario Robles Berlanga, Luken coqueteó con el PAN, y en 2009, por obra y gracia de la imposición panista, fue designado candidato por el Distrito V de Tijuana. Ganó y muchos quisieron que se afiliara al partido que le dio candidatura y le acercó la diputación. Hizo el intento pero no concretó. Para 2012 se integró al equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota y no quiso adherirse en la cruzada de afiliación panista de la candidata a la Presidencia de la República. En 2013 intentó competir en la interna de Acción Nacional, con precampaña y reuniones incluidas, por la candidatura a gobernador del Estado. Declinó antes de perder la contienda que ganó Francisco Vega de Lamadrid. Para 2014, Gastón se convirtió en coordinador de campaña del candidato Max García, e inició formalmente el trámite para su membresía activa. Pero no lo ha concretado. Y aprovechando que está en el “limbo” de la filiación partidista, se acerca a los grupos civiles que buscan un candidato ciudadano independiente, ahora que en Baja California esa opción es una realidad. Pero vaya, en el PAN, dicen, pueden dar cuenta e incluso documentarlo: Gastón Luken Garza actúa como panista, trabaja como panista, pide el voto como panista y se quiere afiliar panista. ¿Lo hará?
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