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viernes, octubre 25, 2024
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Confesiones difíciles

Cierto día llega un joven a confesarse y le dice al sacerdote: — Padre, confieso que le hice el amor a mi novia. “Hijo, eres un pecador” — Padre, compréndame, es que ella sola, yo solo y la casa sola… “Bueno, hijo, te comprendo, pero igualmente eres un pecador”. — Pero Padre, eso no es todo. También le hice el amor a mi suegra. “¡¿A tu suegra?! ¡Eres un degenerado!”. — Pero Padre, comprenda. Mi suegra sola, yo solo, la casa sola… “Mmm… Difícil de comprender hijo, muy difícil”. — Pero Padre, hay mucho más. Es que también tuve un encuentro con la abuelita de mi novia… “¿Queeé? ¡Esto es el colmo!”. — Pero Padre, compréndame. La abuela sola, yo solo, y esa casa sola… “Hijo, esto es imposible de comprender”. — Pero Padre, falta más todavía. Le hice el amor a… a… En ese momento el Padre sale corriendo, asustado, mientras el joven suplica: — Padre, ¿por qué corre? ¡Termine de escucharme! “¡No hijo, ni sueñes! ‘Es que usted solo, yo solo, ¡y la iglesia sola…!’”. Autor: El sacristán chismoso.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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