En Baja California es una práctica común: gobiernos descuentan vía nómina a sus empleados una cuota para el partido político y -muchas veces–, militen o no, lo autoricen o no, les guste o no. Por ejemplo, cada catorcena, en el Ayuntamiento de Tecate, la administración priista de César Moreno González y Castilla retiene un porcentaje del sueldo de sus funcionarios. Esa tarea la realiza Rodrigo de Vivar Castañedo Peñúñuri, el tesorero de la ciudad. Los pesos y centavos se van contando por cientos de miles y hasta por millones, y que en teoría, terminan en las cuentas bancarias del Partido Revolucionario Institucional. Y para muestra, un talón de cheque. En la parte de “deducciones” se le notifica al empleado “administrativo de confianza”, un descuento del 3 por ciento de su sueldo para las siglas “P.R.I”. En este caso, ni el trabajador pertenece a las filas jurásicas del tricolor, ni autorizó esa casi insignificante fuga de su salario. Total, ¿qué son 116 pesillos cada catorcena para un asalariado menor? 232 pesos por mes, 2 mil 784 al año, o bien, 8 mil 352 monedas de un peso durante el trienio. Priistas enterados de las transferencias de gobierno al partido revelaron a CUENTAHÍLOZ que cada mes Tecate aporta mínimo 55 mil pesos al PRI (eso es lo que reportan), es decir, 660 mil pesos anuales o, sacando cuentas, por trienio rascan los 2 millones. El Ayuntamiento del Pueblo Mágico podrá tener deudas históricas con dependencias de gobierno como el ISSSTECALI o con la empresa concesionaria de recolección de basura, pero con su partido, aseguran, los pagos son puntuales y de muy buena gana. .