Más vale que todos los partidos, funcionarios y candidatos que participaron y fueron afectados -en positivo o negativo- en la jornada electoral del 7 de junio entiendan el mensaje: los ciudadanos con derecho a sufragio, los que votaron y los que no lo hicieron, lo único que dejaron claro fue su hartazgo. Los panistas que resultaron favorecidos con el conteo rápido de votos, y siguen levantándose las manos unos a otros como si fueran Floyd Mayweather Jr. en su chambona pelea del siglo, deben recordar que no llegarán a sus curules por ser la mejor opción que tenían los votantes. Si esa hubiera sido la situación, seguramente el padrón electoral se hubiera volcado a las casillas y no estaríamos clasificados en este momento como el Estado con mayor abstencionismo. En Baja California, el Distrito 02 fue el que más participación ciudadana tuvo, pero llegó apenas al 34.5 por ciento, y la panista ganadora legislará solo con el apoyo del 10.41% del total de votantes inscritos en su distrito; de ahí para abajo, todos los “ganadores” están por el estilo. Algunos llegarán al Congreso de la Unión porque le metieron mucho dinero a la campaña, otros porque recibieron total apoyo del gobierno panista, pero la mayoría lo hará porque los votantes que hace tres años favorecieron al PRI en las diputaciones locales, fueron traicionados por los legisladores tricolores que eligieron. Ahora, son estos panistas que se proclaman triunfadores, los que deben recordar que hace apenas tres años, los bajacalifornianos le dieron la espalda a otro grupo de diputados federales albiazules, cuando se dedicaron apoyar las políticas de su partido y a su Presidente, Felipe Calderón, en lugar de ver por los intereses de los ciudadanos del Estado que representaban, entre otras cosas, con leyes anti-lavado que no obstaculizaron el enriquecimiento de los narcotraficantes, pero sí afectaron un sinnúmero de actividades económicas de la zona. Quienes lleguen como diputados – porque todavía no se sabe qué va a pasar con el Distrito 03 y los reclamos en el 07- tienen que estar conscientes que a quienes deberán cumplirle, es a sus votantes. Señores y señoras, los bajacalifornianos están frustrados y enojados con las políticas económicas que en lugar de mejorar las condiciones de la gente pobre de los Estados del sur, ponen en operación mecanismos para empobrecer a las entidades del norte. Así que cuando aprueben las Leyes de Ingresos y sus correspondientes presupuestos de Egresos de la Federación, no deberán solo alzar el dedo en bancada, sino cumplir con su deber de analizarlo, discutirlo y, de ser necesario, modificarlo, siempre en busca de favorecer el desarrollo de los ciudadanos de su entidad. Y lo mismo aplica para leyes nuevas y reformas. Los votantes igualmente están hartos de la falta de transparencia, no importa cuántas leyes promulguen, si no se hacen efectivas en un país donde un Presidente y un secretario de Hacienda que mezclan intereses no son siquiera requeridos, y menos castigados, lo mismo que gobernadores que endeudan a los Estados mientras los recursos quedan en los bolsillos de sus amigos, o magistrados que permiten la impune libertad de criminales. Entonces, si son los diputados federales los que declaran “si hay o no lugar a proceder penalmente contra los servidores públicos que hubieren incurrido en delito” -magistrados, jueces, procuradores diputados senadores, gobernadores-, va siendo hora que cumplan con lo que les ordena la Constitución. Los de Baja California deben poner el ejemplo, para evitar que funcionarios corruptos sigan sangrando este país que ya no cree en nada, ni en nadie. Serán los responsables de revisar las cuentas públicas, y si no castigan a los abusadores que roban al erario, se convertirán en cómplices. También están obligados a tomar en cuenta que la sociedad está cansada, incluso atemorizada, por un Gobierno Federal y diputados federales que dejan solas a las autoridades locales y se desentienden de los problemas que generan los narcotraficantes y el crimen organizado en la frontera. Ustedes los han visto de cerca, lo mismo que sus nefastos efectos, así que están obligados a combatirlo desde el puesto privilegiado que están alcanzando. Los panistas llegaron con el voto de 8 de cada 100 electores, y en esas condiciones están obligados a validarse, a proponer reformas y leyes que promuevan el crecimiento de la región y el país. Recuerden que la gente cobra factura, por lo menos en las urnas, ya vienen la elecciones de 2016 y estarán siendo observados. Lo mismo para el resto de los partidos, priistas y perredistas que perdieron la confianza ciudadana, o Movimiento Ciudadano y MORENA, que fueron favorecidos con el voto local. Es simple: o cumplen con su trabajo, o poco a poco perderán el privilegio de vivir del presupuesto hasta quedar a punto de perder el registro, como el PT y el Partido Humanista.