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viernes, septiembre 20, 2024
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Elección

Lo que ha caracterizado el proceso electoral 2015 en México es la pobreza… de intelecto, de compromiso social y de propuesta, tanto en las campañas, como en los diez partidos que los mexicanos se han visto obligados a arrastrar como rémoras, mientras son torturados con los mensajes vacíos, demagógicos, aburridos, de sus miles de candidatos. Ningún candidato, ningún partido, se destacó con propuesta digna de confianza, atractiva, para combatir el desánimo de los votantes.  Cuanta carencia debe existir para que en todo el país, lo único interesante del proceso, sea el candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León, el ex priista Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, adelante en la recta final electoral en su estado. Los anteriores han sido los dos meses más largos del año, con esos bloques de anuncios electorales en radio y televisión, con propaganda llena de vaguedades, algunos incluso vulgares, en su inútil esfuerzo de hacer empatía con los cansados votantes. Al final, lo que destacaron fueron las campañas de lodo, donde los partidos se descalificaron, acusaron -incluso denunciaron- mutuamente de estar violentando las leyes, de gobernar mal, de incumplir promesas. La diferencia esta vez la hicieron el cúmulo de videos y llamadas -intervenidas ilegalmente- filtradas donde los organizadores de las campañas, o funcionarios implicados con gobiernos o partidos, mostraban su real naturaleza y evidenciaban la comisión de delitos electorales. Las expectativas para el 7 de junio no son alentadoras pese a los miles de millones de pesos que se han invertido del erario para tener elecciones transparentes y participativas. Se están gastando en el proceso electoral más caro de la historia, 37 mil millones de pesos, como explicó el analista Jorge Alcocer, tras sumar los presupuestos del Instituto Nacional Electoral, los institutos locales, el Tribunal Electoral y los tribunales locales. Más de 18.5 mil millones solo para el INE y 5.1 mil millones de puro financiamiento público para los partidos, para que se lo guardaran, se lo entregaran en contratos a sus amigos o familiares, o de plano lo malgastaran; porque tras dos meses de campaña, ninguno fue capaz de generar una propuesta razonable, sólida y atractiva. Y menos de transparencia, de entre los diez  partidos, no se hace uno que por lo menos sea honesto. Ahí está el análisis del presidente del INE cuando se negaron a retirarle el registro al Partido Verde por haber violado sistemáticamente los preceptos de la Ley Electoral. La defensa de Lorenzo Córdova fue que si les quitaran el registro a todos los partidos que han violentado la regulación electoral, no habría por quien votar el domingo 7 de junio, porque todos lo han hecho. Fueron estos partidos que “juegan en el límite” de la Ley “e intentan sacar ventaja”, los que designaron candidatos,  o los eligieron en proceso interno enrarecidos en la lucha por el poder, a través de cuotas de grupos con sus respectivos intereses, y para colmo, hasta cuotas de género. Las capacidades, cualidades y calidades necesarias en los candidatos, su profesionalismo, espíritu de justicia, eficiencia, voluntad, su capacidad negociadora o innovadora, eso no fue importante. Como amargos aderezos a este caldo de cultivo sume Usted: 1. La barbarie de los cárteles del crimen organizado que ya asesinaron a ocho candidatos, amenazaron a más de diez funcionarios públicos, secuestraron y liberaron a otros, solo para evidenciar que ellos mandan y van a seguir ordenando en determinadas zonas del país. 2. La amenaza de los maestros. Integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) robando computadoras y equipo electoral, quemando expedientes y boletas en Oaxaca, y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) impulsando un boicot electoral en diez entidades de la República, algunos ya crispados como Michoacán, Jalisco Guerrero, Tampico, inclusive Baja California tocó. Hartos de este escenario, hay grupos ciudadanos promoviendo el voto blanco, el voto nulo, otros más invitan a la ciudadanía  a no acudir a las urnas para no avalar a los partidos corruptos que participan en la elección. Mientras los representantes de las organizaciones políticas advierten que ambas opciones solo benefician al partido en el poder, lo mismo que el clima de violencia y opacidad que ha prevalecido en toda la jornada, promueven el voto de castigo contra los corruptos incumplidos. Al final, la decisión es de cada uno de los ciudadanos incluidos en el padrón electoral. Este es el país, son los partidos, el Estado y los candidatos que nos tocaron, votar es una obligación y un derecho. La única oportunidad real que las personas en los gobiernos le han otorgado al ciudadano común de participar en la vida política, y el 7 de junio, cada uno decidirá cómo lo utiliza.     

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