Héctor Juárez Pacheco creció en el PAN: secretario privado del ex alcalde Jesús González Reyes, empleado de la CESPT, secretario del entonces alcalde Jorge Ramos, candidato a regidor y delegado municipal del Cerro Colorado en la administración del ahora candidato a diputado federal. Pero en 2012, Juárez Pachacho anunció lo que ya era sabido y, por simpatía o por necesidad, se enfiló en la campaña de candidato del PRI a gobernador, Fernando Castro Trenti, y pronto su obediencia se vio premiada con un sueldo en el Congreso del Estado como “analista” por 30 mil pesos mensuales. Pues bien, el ex panista metido al tricolor ahora maneja a un grupo de jóvenes en esta campaña. Todos los días desde las diez de la mañana reúne a una brigada frente al salón Flamingos en el Bulevar Fundadores en Tijuana. Los transporta en una camioneta verde Ford Expedition con placas americanas (3XNU197) para repartir volantes en el Distrito 6 contra Najla Wehbe, candidata del PVEM y el PRI. El volante muestra a Najla junto con Chis López, pero haciendo honor a la verdad: “1 voto por el verde es 1 voto por Peña Nieto”. Lo mismo ha ocurrido en el Distrito 4, donde otros involucrados reparten volantes señalando al panista Jorge Ramos de haber recibido moches durante su gobierno. Pero en un vistazo dentro de la camioneta de Juárez Pacheco, a simple vista se observan los miles de papeles contra Najla y unos cuantos más a favor de Irma Garrido, candidata por el Partido Humanista. A Héctor Juárez Pacheco se le ve, luego de quedarse pateando botes sin Castro Trenti, en la campaña del PAN y su candidata en el Distrito 6, María Luisa Sánchez. Promiscuidad política, le llaman.