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sábado, septiembre 28, 2024
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Chapulines de reversa

Con la marca del fracaso sobre la frente, varios chapulines que ya ostentaban puestos públicos o cargos de elección popular a la hora de la selección de candidatos en las pasadas elecciones, regresan cómodamente a sus despachos luego de la derrota. Funcionarios y representantes populares abandonaron el espacio a principios de año para convertirse en abanderados, no importó en su momento haber pedido el voto para cumplir con el encargo. Se sacudieron las manos, acomodaron la ropa y ¡adiós!, buscaron en este proceso una diputación federal. Pero ¡oh! Suerte. Arruinados por la inferioridad electoral, ahora regresan a las nóminas públicas. Anote nombres: Samuel Albestrain Pérez despreció en marzo la Secretaría de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Ensenada -donde despachaba- para buscar una candidatura. Finalmente, su partido, el PRI, se compadeció del joven abogado y lo puso en la lista plurinominal… en la posición 37. Samuelito ya despacha nuevamente en el gobierno del padrino Gilberto Hirata Chico. Rosa Aurora Martínez (auto apodada “La Güera”) era regidora en el Cabildo de Tijuana cuando pensó tener posibilidades y cariño electoral en la Zona Este de la ciudad. El PRI la acogió y ella no pudo. Por sí solo, el tricolor en el distrito de la entonces regidora con licencia cayó al tercer lugar, por debajo de MORENA. Sin gramo de pena, la priista llegó el pasado 24 de junio a sentarse a la silla que anteriormente había cedido. En Rosarito otro caso, también priista, también chapulín. Rosa María Plascencia Díaz pasó de regidora a candidata suplente (Distrito 8),  de candidata al fracaso y del fracaso a regidora, total, quién lo evita. Pero si hay alguien que su salto mortal implica dificultades realmente sobresalientes, es Nereida Fuentes González. En 2010 llegó como regidora en la planilla priista de Javier Urbalejo Cinco en Tecate. Antes de concluir su puesto, se lanzó como candidata a diputada local en 2013. Y ganó. Al arrancar la campaña pasada, nuevamente fue candidata solicitando licencia del Congreso y, tras su damnificado resultado, volvió a la Legislatura. Pero el salto mortal lo dará  en pocos meses -aseguran en su partido-, cuando abandone de nuevo la diputación local por la candidatura a la presidencia municipal. Y así, los chapulines de la política podrán ser de todo, menos desempleados políticos. Y más cuando el usufructo público se ofrezca con tan poca gracia.     Las próximas alianzas. Unos con el efímero sabor a victoria, y otros, atarantados por la resaca de la derrota, pero todos los políticos y sus partidos ya comienzan a desdoblar las estrategias para las siguientes elecciones en Baja California. Entre éstas, las alianzas entre partidos, las coaliciones. En 2016, en el Estado se renovarán  las cinco presidencias  municipales y el Congreso local. El escenario es local y los discursos irán cambiando. Los adversarios políticos se caerán mejor y los irreconciliables solo serán una mala broma del pasado. Por ejemplo, el PRI y el PAN quieren chambelanes para 2016. En esta ocasión, veamos en dónde ha puesto el ojo el partido en el poder. El blanquiazul está intentando cortejar a varios: primero, al Partido Nueva Alianza, tradicionalmente enamorado; además, los panistas creen que tienen posibilidades con el Partido Encuentro Social (PES) y con el Partido Estatal de Baja California (PEBC). Y finalmente, desean tener una vez más entre sus brazos al desmoronado y hambriento Partido de la Revolución Democrática (PRD).    

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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