Periodistas en Puebla quedaron con la boca abierta al enterarse que su mandatario, Rafael Moreno Valle, concedió una entrevista a la directora de ZETA, Adela Navarro Bello y dos de sus editores, Rosario Mosso Castro y quien escribe esta columna. El encuentro periodístico se concertó el sábado 25 de abril, publicado en la versión impresa del viernes primero de mayo y circulando en versión digital el lunes 4, día que comenzó a reproducirse aceleradamente en aquella entidad. Al panista con tufos de presidenciable se le cuestionó sobre su relación con Elba Esther Gordillo, sobre su mote de “gobernador bala” adquirido por la represión y la violación grave de Derechos Humanos que se han documentado, de su intención millonaria de promover su imagen en las televisoras nacionales, de la falta de sanciones al ex gobernador Mario Marín, “El Góber Precioso”, sobre su pasado priista y muchos otros temas. En al menos 10 medios de comunicación y espacios periodísticos poblanos las respuestas de Moreno Valle frente a los editores de ZETA fueron reproducidas. Quizá la de Moreno Valle como ninguna otra entrevista con gobernadores realizada por esta casa editorial ha tenido tanto impacto en su lugar de origen. ¿Por qué? Lo explica una jefa de información de un diario poblano para CUENTAHÍLOZ: El gobernador no otorga entrevistas en el Estado, él o su departamento de comunicación social deben escoger qué se le pregunta y quién lo pregunta, además de pedir ciertas especificaciones técnicas en cuestiones de audio, iluminación y maquillaje cuando se trata de televisión, entre otras quisquillosas exigencias. Un diario de Puebla escribió: “En la entrevista realizada por ZETA Tijuana, Moreno Valle habló por primera vez de temas que en Puebla no se hubiera atrevido a hablar”, otro más publicó: “Es la primera vez que el Ejecutivo del Estado otorga una extensa entrevista y habló de temas que en Puebla jamás se le habían cuestionado ni él había otorgado a periodistas locales”. Más sorprendidos aún, algunos periodistas de Puebla se mostraron cuando se les informó que no hubo alguna condicionante por parte del mandatario para la entrevista. Y de haber sido así, desde luego, los editores de ZETA nos hubiéramos negado a los moños de éste, o de cualquier gobernador.