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viernes, octubre 18, 2024
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¿Y si renuncias?

Mientras el panista Alfonso Álvarez Juan, director de la CESPT, contrata y mantiene en su oficina a jóvenes damas como empleadas privadas (de las cuales los propios compañeros desconocen a ciencia cierta sus funciones institucionales), simultáneamente gira oficios para que empleados de confianza renuncien y aligeren la barrigona nómina de la paraestatal. Sí, la obesa y oscura plantilla de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana tiene -más, menos- mil 800 empleados, sin contar externos. Y no solo las chicas del director, a quienes se ubica internamente como “las modelos” y a quien su jefe les “permite” laborar sin uniforme y llevarse, en cambio, sus mejores ropas y maquillajes, dan cuenta de la confusa estrategia de austeridad en la dependencia del Gobierno del Estado. Además, Don Alfonso construye aceleradamente una oficina para “relaciones públicas” de acabados finos y de dotadas dimensiones, tal como se publicó en la sección DICHOZ Y HECHOZ en ediciones pasadas. Desde finales de marzo, en la CESPT circuló un documento dirigido al “personal de confianza” para informarles que quien así lo quiera, puede apegarse “al proceso de reingeniería del personal”. Algo así como una renuncia voluntaria para ahorrarse unos pesos. En la oferta del Gobierno del Estado, los que por voluntad se vayan tendrán derecho al pago de prestaciones como vacaciones, proporcional de aguinaldo, prima vacacional y de antigüedad. Además de obtener “beneficios adicionales” hasta por tres meses de salario y 20 días adicionales de salario por cada año de servicio prestado o su parte proporcional y “compensación económica por concepto de incentivo”. Esta concepción de incentivo se regula en lapsos de años, es decir, quienes tengan una antigüedad de cero a dos años, recibirían un mes de salario integrado más; de dos a cinco años, dos meses; de cinco a diez años, tres meses; de diez a 20 años, cuatro meses; y por último, quienes tengan más de 20 años, recibirán cinco meses. Por ejemplo, si Alfonso Álvarez Juan se animara a renunciar voluntariamente -al fin, también empleado de confianza- alcanzaría (tomando en cuenta los 65 mil 941 pesos que cobra al mes) una jugosa “oferta” de aproximadamente 280 mil pesos de liquidación. Nada mal. Piénsela, Alfonso, no está tan mal.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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