En camionetas de lujo, con choferes, escoltas y en una de las zonas más exclusivas de Beverly Hills, California, Estados Unidos, Angélica Rivera de Peña, la primera dama del país, apareció con al menos siete jovencitas, entre ellas sus hijas, en opulentas tiendas de marca. De shopping, pues. La “Gaviota” -como fue conocida en su paso por los melodramas de Televisa- pasó toda una tarde buscando y probándose vestidos y accesorios de varios miles de dólares junto con las hijas del Presidente de la República y las suyas, las cuales procreó con el productor de telenovelas José Alberto Castro. Ésta y otra información fue divulgada el martes 7 de marzo por un programa de noticias de farándula de la cadena Telemundo, y reproducida por portales de noticias en México y redes sociales, miles de veces. Un escándalo más para la pareja presidencial. Según el reporte de Telemundo, la hija mayor de Rivera, cerca de sus 18 años, fue a buscar un vestido valuado en 20 mil dólares, se probó otro con incrustaciones de cristales y adquirió costosísimos gustos en lentes. El mismo día que a la “Gaviota” se le exhibió con mucho derroche y poco glamour, en Tijuana aterrizaba Ivonne Ortega, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del partido que gobierna el país y que cobija a la Presidencia de la República y su primera dama. Entre otros eventos, la agenda de la ex gobernadora de Yucatán marcaba al mediodía una “reunión” con directores y representantes de los medios de comunicación en Baja California. En representación de ZETA, allí estuvo quien escribe esta columna. Bonachona y relajada -prefirió no hablar por el micrófono–, Ortega invitó a que su visita fuera una plática de café con la prensa, en un salón del hotel Lucerna. Y así ocurrió. La también ex senadora del PRI bajó un poco su nivel de institucional, claro, sin salirse del guion partidista. Aquella mañana empezó contando que es una mujer que viene desde abajo, que dejó sus estudios de pequeña por falta de recursos… dedicó, pues, un rato a las memorias de su pobreza en la niñez y cómo llegó hasta donde hoy está. Por eso y ante sus anécdotas de las penurias -quien ahora redacta- pidió su opinión sobre los escándalos de Enrique Peña Nieto y su esposa: la Casa Blanca