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viernes, octubre 11, 2024
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CJNG: guerra sin tregua

Un dolor indescriptible en las familias de 15 policías asesinados, temor en la población y en las autoridades, el conocimiento de una organización criminal de extrema violencia y unos cuantos detenidos por el atentado al comisario general de seguridad de Jalisco, es lo que quedó detrás de las últimas acciones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El gobierno de los Estados Unidos mostró su preocupación por la expansión criminal de este grupo y de sus líderes Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” y Abigael González Valencia “El Cuini”, al incluirles en la lista de cabecillas del narcotráfico y anunciar el congelamiento de cualquier activo que pudiesen poseer en ese país. La ceremonia luctuosa de los elementos de la Fuerza Única Regional de Jalisco fue impresionantemente emotiva. 15 ataúdes formados, con la fotografía de cada uno de sus ocupantes y el llanto de sus familiares, amigos y compañeros de armas. El rostro compungido del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz y sus principales funcionarios del sector seguridad. Mientras, otros cinco policías aún se debaten entre la vida y la muerte en hospitales. Y a pesar de que los acontecimientos de las últimas semanas en Jalisco –balaceras con más de 25 muertos– no activaron en ningún momento el llamado “Código Rojo”, la alerta aún está latente en las corporaciones policiales. El riesgo de nuevos ataques está en el ambiente. Policías de los tres niveles de gobierno se sienten inermes ante el poderío de los delincuentes. Los eventos violentos dispararon las llamadas de extorsiones telefónicas en todo el país. Delincuentes caseros y los criminales organizados aprovechan el momento para infundir temor en los habitantes de cada entidad para hacerles caer en un engaño y obtener recursos económicos. En Tijuana aparecieron mantas colgadas en los puentes anunciando la llegada del Cártel Jalisco Nueva Generación y la creación de un supuesto Cártel Tijuana Nueva Generación (CTNG).   La cruenta emboscada A 18 días de la ejecución de cinco elementos de la Gendarmería Nacional en la ciudad de Ocotlán, se registró un nuevo ataque atribuido al CJNG. Ahora en contra de elementos de la Fuerza Única Regional, de la Policía Estatal, en un punto carretero con curva cerrada en la Región Costa Norte de Jalisco. Un convoy de camionetas oficiales regresaba de su comisión en la zona hacia Guadalajara después de 15 días de patrullaje. Los policías circulaban sobre la carretera Puerto Vallarta-Ameca, en el tramo de Las Palmas-Mascota. Los terribles acontecimientos que se fueron sumando uno a uno, y que no terminaron con la masacre de los elementos de la Fuerza Única, sino que todavía ese mismo 6 de abril durante la noche costó la vida al director de Seguridad Pública del municipio de Zacoalco de Torres, Miguel Ángel Caicedo Vargas, causaron miedo entre los habitantes de Jalisco, más no indignación. Los mensajes de las propias autoridades y sus prolongados silencios sobre los últimos hechos dan la sensación de un vacío de poder. Un boletín nocturno de la Fiscalía General confirmaba la emboscada sin mayores detalles que la cantidad de personas muertas, sin señalar cuántos eran policías y que a la postre se supo que todas las víctimas lo fueron. La mañana siguiente sesionó de manera extraordinaria el gabinete de seguridad encabezado por el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz. Se reunieron mandos policiales estatales, federales y militares para revisar lo sucedido y plantear estrategias. El gran ausente fue el Fiscal General del Estado, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, que a pesar de todo lo que estaba pasando se había ido de vacaciones a Europa, de donde tuvo que regresar. El gobernador seguía en silencio. Ni en redes sociales hacía pronunciamiento alguno. Al concluir la reunión se atendió a los medios de comunicación y fueron el secretario general de Gobierno, Roberto López Lara y el Comisionado de Seguridad, Francisco Solorio, quienes emitieron un breve mensaje sin permitir preguntas ni hablar de estrategias. El Comisionado dijo que los uniformados caídos merecen todo el honor por haber cumplido con su deber y que “murieron en un ataque cobarde, que lo que hace es dejarnos claro que no podemos ni debemos bajar la guardia”. Reiteró la versión de una acción reactiva de la delincuencia organizada. El hombre con casi dos décadas de experiencia policial, en una posterior entrevista radiofónica, afirmó que no dejará el cargo ni habrá tregua. No renunciará porque no tiene miedo. Es uno de los muchos “huérfanos” de criminalidad en el país. El 20 de junio de 1999, cuando era comandante de la Dirección de Seguridad Pública de Zapopan, le asesinaron a su padre Francisco Solorio Rodríguez, de 45 años, cuando salía de misa dominical acompañado de su familia afuera del templo de Las Victorias. El gobernador de Jalisco siguió mudo. Fue hasta la tarde del martes 7 de abril que Aristóteles Sandoval escribió en Facebook sus condolencias para las familias de los policías y el miércoles 8 re-tuiteó el mensaje. Durante los funerales, encabezó los honores y dijo a los deudos que no quedarán desprotegidos y los crímenes no quedarán impunes.   CJNG en la mira de los EU Ante todo el panorama de violencia que se vive en el Occidente del país y la aparición de narcomantas en Tijuana, alusivas a la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, el miércoles 8 de abril, el gobierno de los Estados Unidos agregó a su lista de cabecillas del narcotráfico a los líderes de la organización criminal, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” y Abigael González Valencia, jefe de “Los Cuinis”. El Departamento del Tesoro, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) advirtió que el CJNG y sus líderes juegan un papel importante en el tráfico internacional de estupefacientes, por lo que determinó congelar cualquier activo que los presuntos narcotraficantes posean en ese país y prohibieron a sus connacionales realizar transacciones con los ya mencionados. John E. Smith, director interino de la OFAC, señaló que “en los últimos años, hemos visto una tendencia al aumento en la erosión de los cárteles históricamente poderosos junto a la aparición de nuevas organizaciones de tráfico de drogas como el CJNG y su cercano aliado de “Los Cuinis”. El gobierno norteamericano señala que el Cártel Jalisco, que tuvo sus orígenes en el Cártel del Milenio o de los Valencia, desarrolló vínculos con otras organizaciones criminales incluso en Estados Unidos, América Latina, África, Europa y Asia. Gran parte de esta expansión ha impactado grupos delincuenciales rivales como Los Caballeros Templarios y Los Zetas con violentos enfrentamientos. De “El Mencho” se destaca que estuvo preso tres años en la unión americana, donde fue declarado culpable de conspiración para distribuir heroína en la Corte Federal de Distrito para el Distrito Norte de California en 1994 y tras su puesta en libertad, regresó a México para continuar en las actividades de tráfico de drogas. Es cuñado de Abigael “El Cuini”, uno de los principales traficantes de metanfetamina. Desde marzo de 2014, un gran jurado en la Corte Federal de Distrito para el Distrito de Columbia acusó a ambos capos de ser los principales líderes de una empresa criminal, entre otros delitos. Mientras esto ocurre a nivel internacional, en Jalisco ya fueron consignados ante un juez de distrito los primeros cuatro detenidos del CJNG por atentado contra el Comisionado Solorio. Se trata de Onofre Oswaldo Gutiérrez Loreto, Juan Pedro Ramos Vázquez, Jonathan Ibarra Flores y Erick Ibarra Flores, éste último cuenta con antecedentes penales. Están acusados de delincuencia organizada, portación de armas de fuego, posesión de cartuchos y delitos contra la salud. Aún falta determinarse la situación de otros capturados antes de ocurrida la emboscada.  

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