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lunes, enero 20, 2025
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Pedro Aguayo Ramírez

Lizmark, Solitario murieron en el actuar del pancracio mexicano, la lucha libre, la de las llaves, y mostrar quién es más fuerte, en el tú por tú. Quedó de manifiesto el viernes 20 de marzo de 2015 que la lucha libre no es “circo, maroma y teatro”. Al morir en plena actuación y pasión Pedro Aguayo Ramírez de 35 años, conocido como El Hijo del Perro Aguayo. La lucha libre está de luto y nosotros la afición nos conmovimos con tal noticia y pa’cabarla en Tijuana. Riesgos desde que sale de su casa el gladiador hasta trepar a la lona existen segundo tras segundo. Tijuana es una gran plaza y enmudeció la afición de la media naranja del viejo Boulevard Díaz Ordaz tijuanense. Me tocó verlo luchar en vivo y en tv. Era gran contrincante y retador, con casta, enigma y protagonista, estrella en gran número de luchas en las que participó. En plena flor y juventud física se va el “Perro del mal”, como lo llamaban. Ningún luchador puede zafarse del riesgo de muerte, en tal deporte, tan extremo, disciplina y combate físico; puede llevar a la invalidez de columna, pie roto, hombre zafado, sofocación y hoy la muerte se presentó en el Fausto Gutiérrez Moreno. Primera vez que sé de tal noticia. Nos causó conmoción, a quienes somos afición de tan drástico deporte. Métele la Wilson, pícale los ojos, sácalo del ring… y salió Pedro Aguayo (Q. E. P. D.). La arena estaba de bote en bote, la gente loca de emoción y así fue. Un accidente inevitable. Si los pudiéramos leer más adelante, no los habría. Vi unos videos de lo acontecido y Pedro Aguayo se fue y desconectó de su labor en menos de un minuto, respiraba pero ya no tenía bien su cerebro, todo terminó, se fue y no regresó a lo que era su pasión y profesión, la lucha libre mexicana. Haya culpable o no, lo hecho, hecho está. Cómo estará su padre, su mamá estaba en Guadalajara. Llegó como pasajero de Volaris o equis línea y se va de regreso en la zona de maletas y equipajes como un objeto. En pleno marzo, como Colosio en 1994. Pedro Aguayo jamás se imaginó que su destino estaba marcado el día 20 de marzo. No más ladrido del “perro del mal” (con respeto). Terminó pronto su existir. Pero el mundo debe seguir, habrá nuevos gladiadores, pronto y Pedro Aguayo Ramírez ya es historia, como todo ser humano, tenemos historia, dejamos hijos, morimos y el mundo no para, lo que para es la máquina de carne y sangre que llevamos en nuestro pecho del lado izquierdo y no sabemos cuándo dejará de latir y hacer tun, tun, tun. Bueno, en paz descanse Pedro Aguayo Ramírez. Una lástima su ida y pérdida para el pancracio nacional. Dios lo tenga ya bajo su resguardo y vea la luz del rostro de Dios, que eso es lo que anhelamos los mortales sobre esta tierra bendita. Luto nacional en la lucha libre mexicana, sin duda. P.D. ZETA también habla de deportes y hoy hablamos de este deporte y gran disciplina. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.   

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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