Tal vez son las precampañas y la proximidad de las campañas electorales, o llámeme mal pensada, y es casualidad, pero cada vez resulta más común leer en los medios de comunicación impresos y electrónicos, notas que refieren las nobles obras caritativas de diputados y regidores bajacalifornianos. Cierto que eso de promocionar las entregas de becas, balones, cobijas, despensas y demás, lo hacen de manera cotidiana, pero cada vez son más las menciones que estos personajes consiguen por ser tanto generosos. Entre comillas, claro. Así, quienes acostumbramos a leer la prensa nos hemos enterado que en Mexicali, el regidor César Valerio Castillo, del PRD, repartió material al Club Deportivo E Rey, y que en Ensenada, la regidora priista Columba Domínguez dio 67 uniformes y 14 mil pesos en becas. En Tijuana, el regidor perredista Omar Sarabia ha llevado apoyos sociales a colonias con residentes en condiciones de vulnerabilidad; Luis García López, del PAN, prodigó cientos de apoyos alimenticios; y Francisco Vera, del PRI, entregó diez tabletas electrónicas. En una de esas notas recientes, el regidor panista Guillermo Zavala fue más cuantitativo, explicó que el año pasado había entregado 8 mil ayudas -en especie y económicas-, y en 2015, su plan es ofrecer 10 mil apoyos. Es la misma historia con los diputados Mónica Bedolla, Laura Torres, Juan Manuel Molina y Mario Osuna, quien por cierto, presumió y aseguró que gestionó más de un millón de pesos para organizaciones no gubernamentales durante 2014. Total, los 25 diputados se auto-promocionan, de hecho, algunos de los boletines que envían a la prensa son publicados sin cambios y hasta con firma de reporteros. Lo que no mencionan estos hombres y mujeres electos como parte de los gobiernos, municipales y estatal, es la procedencia del recurso, así que vamos aclarando puntos. Uno, esas cabezas donde se promociona que tal o cual diputado o regidor de un determinado partido político está apoyando algún sector social desvalido, son falsas, cuando menos imprecisas, porque el dinero con el que compran uniformes, despensas, en fin, no sale ni del sueldo del funcionario mencionado, ni de las prerrogativas de los partidos que se promociona. Dos, el dinero proviene de los recursos públicos y de los impuestos de los bajacalifornianos, se trata de un fondo de Gasto Social que se asigna a diputados y regidores, supuestamente “etiquetado”. En el caso de los legisladores estatales, reciben- según sus dichos- 200 mil pesos mensuales, 2 millones 400 mil pesos en el año, lo que significa que entre los 25 diputaos deberían distribuir 60 millones de pesos al año, en atención de las necesidad indispensables de los residentes de colonias marginadas. Como ejemplo de los cabildos, el de Tijuana, cada uno de sus 15 regidores recibe 82 mil 388 pesos mensuales, 988 mil 666.67 pesos al año, que les llega de tres partidas: Apoyos Sociales, Otras Ayudas y Eventos, y Apoyo a Asociaciones Civiles. Entonces, entre todos deben asignar 14 millones 830 mil pesos millones en ayudas a los más necesitados. En Mexicali hay menos claridad, porque según el regidor del PRI, Jorge Camacho Álvarez, reciben cerca de 100 mil pesos al mes, pero les quitan más de 17 mil pesos y al final quedan como 80 mil pesos mensuales para distribuir entre personas de escasos recursos. Esto significa que cada uno de los 15 regidores recibe un millón 200 mil pesos en el año, y entre todos, 14.4 millones de pesos. El tercer punto que es pertinente definir, es que esos recursos que usan para promover sus personas y a sus partidos, ni siquiera es auditado de manera puntual, no hay un control real de ese gasto. Si ellos dicen que entregaron 10 mil ayudas o 100, es lo mismo porque basta con que muestren unas fotos donde están entregando cobijas, paquetes de comida o tabletas para justificar el gasto. Baste recordar aquel desafortunado episodio a finales de 2004, donde los 15 regidores salientes del XVII Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el panista Jesús González Reyes, entregaron facturas falsas para justificar la repartición que hicieron a la salida de 2.5 millones de pesos etiquetados precisamente para Gasto Social. Incluso hubo denuncia ante la Procuraduría del Estado y no pasó nada. Entonces, Lector, no se deje engañar. Si Usted es una de las miles de personas afectadas por las malas políticas de gobierno que hunden la economía del país, y puede acreditar su necesidad apremiante, sepa que los diputados y regidores están obligados ayudarlo, así que vaya a pedirles, porque para ese fin específico reciben dinero adicional que proviene del erario. Y si Usted no está entre esos grupos vulnerables, entonces tenga claro que no es ni el diputado, ni el partido quien está entregando apoyo, sino Usted, el que está ayudando, porque el dinero proviene de los impuestos que pagan los contribuyentes en el Estado. Al final, son los bajacalifornianos ayudando a los bajacalifornianos, el problema es que ahí está un voraz intermediario que no termina de entregar cuentas claras.