Por más exabruptos que hicieron, finalmente confirmaron su condición de sumisos al poder. Bueno, tampoco es de gratis. Sumisos siempre y cuando reciban algo a cambio. En efecto, los hermanos Magaña, Ricardo y Héctor, se mostraron inconformes y reacios cuando desde el gobierno del Estado le dijeron a Héctor Magaña que abandonara su aspiración de convertirse en candidato del PAN a la diputación plurinominal, porque “el bueno” (las comillas son intencionales) era “El Lolo” Barraza, a quien el secretario de finanzas, Antonio Valladolid, sacó de la subsecretaría de gobierno más allá del plazo dado por el Gobernador Francisco Vega, para que fuera éste y no Salvador Morales el candidato a diputado de lista del PAN. Ricardo Magaña, quien tiene la Secretaría de Desarrollo Social para manejar el presupuesto a su electoral antojo, también despotricó. Pero más tardaron en hacerlo que en ser “convencidos” (otra vez las comillas son intencionales), que lo mejor era que Héctor Magaña dejara la aspiración y ya después –pasado el 22 de febrero para que no sea tan evidente– le darían su huesito de consolación. Dicho y hecho. El sábado 7 de febrero los Magaña y su prole organizaron un acto de campaña a favor de “El Lolo” Barraza. Lo vitorearon, le dijeron que era el mejor, y Ricardo Magaña hasta un discurso de apoyo se aventó. Ahora sí que los hermanitos quedaron bien planchados y alienados. Claro, con ganancia.