El precandidato a diputado federal en el distrito 4 del Partido Movimiento Ciudadano, Eduardo Darío Arballo Torres se presentó en las oficinas de ZETA luego que en CUENTAHÍLOZ se publicara en la edición anterior su inconveniente con la justicia a finales de los noventa cuando en San Ysidro fue detenido y deportado a las autoridades mexicanas por contar con una orden de aprehensión por los delitos de posesión y comercio con metanfetaminas, el hecho había ocurrido años después de que fuera dado de baja –por el mismo motivo– como agente del Ministerio Público Federal. Arballo Torres argumentó que el problema se resolvió mediante la apelación a su favor en aquellos tiempos en la etapa casi final antes de que se le sentenciara. De hecho, exhibió el documento con el que obtuvo su libertad y el regreso de sus derechos políticos, es decir, votar y ser votado. Un juez federal resolvió: “resultan ineficaces para acreditar la probable responsabilidad penal que se le atribuye…atendiendo a que no se acreditaron los elementos del tipo penal”, dejando la penitenciaria en febrero del 2003. Finalmente ex policía, Arballo asegura que su estadía en la cárcel fue por un proceso viciado y completamente –dice– injusto. Que fue por una tercera persona a quien se le detuvo con metanfetamina y que lo señaló. Hoy se dedica a litigar en casos penales, a dirigir un club de motos y de paso a la política.
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