Al ex perredista Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, gobernador de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional, lo persigue el fantasma del nepotismo. Un enroque dentro de su gobierno, realizado el 7 de enero, atrajo el tema: en la oficina de Atención Ciudadana del gobierno sudcaliforniano, su titular, Marco Antonio Armendáriz Puppo, dejó el cargo para cederlo a su madre, Silvia Puppo Gastélum. El cambio de Covarrubias despertó el recuerdo de la larga lista de familiares que el mandatario tiene prendidos de la ubre gubernamental. El sobrino, José Manuel Covarrubias, funge como su chofer y secretario privado; el yerno de su hermano Valentín, André Córdova, es el secretario general de Gobierno; Andrés de los Ríos Luna, coordinador de Desarrollo Sustentable, es cuñado de su esposa. Falta espacio para entrar a detalle, pero la lista sigue. Francisco Pelayo Covarrubias es su sobrino y fue tesorero en Comondú, y actual diputado federal con licencia y precandidato a presidente municipal en aquel municipio por el PAN. Además de ser su sobrino, Sergio Covarrrubias fue representante de su gobierno en San José del Cabo y ahora virtual candidato local por el Distrito VII, también por Acción Nacional. Valentín Covarrubias, el hermano, es regidor en Comondú, y otro hermano del gobernador, Refugio, es asesor y mandamás en el Comité Estatal del partido. Finalmente, con el riesgo de que algunos se escapen, Jesús Robles González -cuñado de su sobrino Francisco Pelayo- es director de la Administración Portuaria Integral. ¿Quién puede debatirle al gobernador de Baja Sur, que la familia es primero?
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