En la edición anterior, en estas páginas, culpa de un error de dedo, al apellido del gobernador, Francisco Vega de Lamadrid, se le puso una letra de más. Un desliz de edición hizo circular el horror ortográfico, el cual -se reitera- abandona el ínfimo grado de intencionalidad. Es decir, un mero traspié de impresiones y letras.