Tomando en cuenta la localización geográfica de Baja California como un punto de conexión con Asia, Estados Unidos y América Latina, y en un intento por construir una nueva visión de competitividad y desarrollo económico, nació el proyecto de la Zona Económica Estratégica (ZEE) que, a pesar de las políticas centralistas, ha ido avanzando por la iniciativa de empresarios locales. Caso concreto, en enero de 2012 se decretó la eliminación de impuestos a 200 fracciones arancelarias (en artículos electrónicos, vinos, textiles y calzado), a la vez que se creó el comité Zona Económica Fronteriza, que hasta el momento y sin apoyo del Gobierno Federal, promueve la gestión de diversos proyectos de inversión privada, como: * Energía eólica en La Rumorosa. Se están haciendo los trámites para adquirir el financiamiento, ya se tiene el terreno y anuencias. Se generará con una asociación público privada. * La creación de una planta de producción de alga que sustituya la sal, además de la producción de camarón rojo en el Valle de San Quintín (se tiene una inversión de 8 millones de dólares, y en una segunda etapa serán necesarios 15 millones de dólares). * Aumento en la producción de una planta vitivinícola en Valle de Guadalupe (inversión de la Iniciativa Privada de un millón de dólares, y se están buscando más créditos). * Una planta desaladora en Playas de Rosarito, actualmente está en su primera etapa de planeación. Es necesario enfatizar que por el momento la ZEE no puede revelar información a detalle de las empresas relacionadas con dichas propuestas, que se encuentran en una primera etapa de planeación. En su visita como mandatario electo, en diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto se reunió con empresarios, quienes le pidieron concretar la Zona Económica Estratégica, misma que fue decretada el mismo año por el ex Presidente de la República, Felipe Calderón. En aquella ocasión, el mandatario ofreció estar cerca del Estado, además de analizar el tema; sin embargo, a su llegada a Los Pinos, hizo todo lo contrario. Ya en 2014, no solo aumentó el Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 16 por ciento en la frontera, además, tasó el calzado haciéndolo más caro a la importación, igual hizo con los textiles, que como resultado, han tenido un sobrecosto del 30 por ciento, según importadores del sector, cuando la idea era que en una primera fase, los empresarios dedicados al comercio no tendrían por qué enfrentar tal situación. También se esperaba abatir el 8% de la fuga de consumidores a Estados Unidos, que se estimaba en 5 mil millones de pesos anuales. En tanto, en lo que va del presente año, las compras en tiendas departamentales de Estados Unidos han subido en un 30%, diría a ZETA Gilberto Leyva, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) Capítulo Tijuana. No hay apoyos Para el coordinador del Grupo de Trabajo de la ZEE, Pedro Romero Torres Torrija, las razones que dieron pie a la creación de una zona como tal en la región norte, tuvieron que ver con la necesidad de establecer estrategia conforme a las características de su localización física. “No inventamos el modelo, lo estamos adoptando del modelo Alemán. No se trata solo de disminuir aranceles, es todo un tema de desarrollo económico, pues existe la inquietud de promover programas de desarrollo integral acorde a las fortalezas, vocaciones y oportunidades que cada lugar ofrece, considerando la creación de empleos, la inversión directa, nacional, así como extranjera, y la atracción del conocimiento (adoptándolo y adaptándolo)”, expuso. Como parte del comité que representa, está un grupo de trabajo donde colaboran profesionistas de distintos niveles, quienes analizan programas con una visión a futuro. Por otra parte, Romero reconoció que el Gobierno Federal está más enfocado a la región de El Bajío, lugar donde se ha establecido mayor parte de la inversión extranjera en el presente año. “La verdad es que el gobierno debe participar en la región, y no solo poner atención en aquella zona. También hay que jalar fondos para acá. El gran problema que tenemos es que no fluye el dinero, pero sí han beneficiado otros estados y estamos apoyando las gestiones de que esta zona deba tener más apoyo económico de la Federación. Se necesita mucho dinero (no dijo montos), por lo pronto, hay muchos fondos que deben venir en forma proporcional, claro, que corresponda a nuestras participaciones. Mandamos impuestos y pedimos que por lo menos se restituya un similar. “Entendemos que hay 12 estados en la República, que somos superavitarios, los demás son deficitarios, y nosotros no estamos recibiendo fondos en la velocidad y cantidad que requerimos”, dijo. Si bien, se ha tardado en presentar proyectos que se puedan llevar a cabo ante el Gobierno Federal, el Estado no ha sido incluido en el presupuesto federal. El miembro del Grupo de Trabajo de la ZEE abundó que el Presidente de la República únicamente tiene dos compromisos con la región bajacaliforniana: el transporte metropolitano (no se ha podido lograr nada) y los fondos de inversión en infraestructura, como un apoyo a la región por la afectación del aumento al IVA, lo que ha generado una falta de circulante, por lo que se han caído sectores de comercios y servicios; en tanto que la construcción está prácticamente detenida. Por su parte, el secretario técnico de la Zona Económica, Juan Pedro Reyna, expresó que el papel del Gobierno del Estado es tocar las puertas en la Federación para establecer los lazos de cooperación, y es lo que ha hecho hasta el momento. Mientras el apoyo federal está en cero. Sin voluntad del Gobierno Federal Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Manuel Hernández Niebla, apuntó que la Zona Económica Estratégica está funcionando y tiene dos vertientes: “La primera es la reducción arancelaria que se vio en diciembre de hace dos años. En esa parte ciertamente está más difícil, porque no ha habido un apoyo del Gobierno Federal en la reducción de aranceles, esa parte está detenida. Es más, existe una seria amenaza de dentro de dos años, que el Gobierno Federal, nos cancele los decretos ampliados de frontera, que traen una serie de artículos electrónicos que tienen tratamiento arancelario diferente”. El directivo empresarial sentenció que lo anterior se da en base a una realidad que están viendo, pues en un principio los decretos eran por seis años y, en diciembre de 2013, cambiaron a tres, además, en lo anterior se ha visto cómo el Gobierno Federal ha ido eliminando las aduanas internas del país.