Todavía estamos con la grave situación de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y verificar si son o no según los testimonios de los detenidos, estamos con los ejecutados de Tlatlaya, cómo queda el ejército ahí; con la captura y a ver qué pasa del expresidente municipal de Iguala, Guerrero y su esposa; además estamos con las manifestaciones, marchas de todos los días, en donde incluso han aprovechado personas para actuar con violencia, etc. Es precisamente en estos mismos días tan oportunos, cuando al recibir la Cámara de Senadores la iniciativa de trámite preferente enviada por parte del Presidente de la República, el proyecto de Ley de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes que consta de 141 capítulos, el Senado le hace una modificación de un 80 por ciento. Modifica 106 de los 141 artículos, y la aprueba con 100 votos a favor y sin ninguno en contrario, o sea que seguimos como siempre, nomás levantando la mano; y quedando como Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y pasa a la Cámara de Diputados para modificarla y votarla. Nosotros como ciudadanos estamos apenas asimilando lo que ocurre desde hace casi dos meses y muy convenientemente, nuestro gobierno va haciendo caminar esta Ley y ni cuenta nos damos. Ya me extrañaba tanta difusión en nuestro país del caso Iguala, cuando el gobierno siempre controla los medios, pero es, como ha señalado el P. Alejandro Solalinde, el gobierno tiene sus estrategias para ir soltando información, pues de los más de 10,000 migrantes desaparecidos, de ellos no se sabe nada, ni se declara nada, ¿por qué?, porque ha sucedido por la ruta del migrante y si dijeran entonces se tocarían interese políticos, porque la ruta del migrante pasa por estados gobernados por el PRI. Volviendo a este asunto, tomando en consideración que las leyes que se emiten en nuestro país, debieran ser para protección de los ciudadanos y de sus familias, sobre todo de los niños, niñas y adolescentes. Es necesario fijar muy bien la vista en esta ley de nueva creación porque en algunos artículos como el 11, 22, 39, 50 fracciones VII y XI , 58, y 62, personalmente consulté el portal que al final de este comunicado les invito a que ingresen y en realidad se puede apreciar que con esta ley exponen y arriesgan a los menores imponiéndoles derechos como los sexuales y reproductivos, incluso sin el consentimiento de sus padres, además los colocan vulnerables con respecto a enfermedades de transmisión sexual, y las consecuencias físicas y emocionales de abortos, anticonceptivos, pederastia, y otras más, exponiendo a los niños a situaciones difíciles de manejar por su inmadurez emocional e intelectual. Existe algo gravísimo en el artículo 11 de esta Ley, coloca al Estado antes que a la familia, estableciendo un rango de prioridad que pone en riesgo la patria potestad de los padres, incluso en esta ley, en vez de mencionar a los padres menciona “familia”, la religión se coloca como un tema de confrontación entre padres e hijos, eliminan la responsabilidad de los padres de acompañar y educar a los niños en la conciencia, la religión y la cultura, los valores. Proponen derechos que no existen en ningún tratado internacional, y que solo responden a ideologías. Esta ley impone ideologías de género, e impone un derecho elegir su preferencia sexual, independiente de su sexo biológico. Hay muchas cosas que no se dicen y que serían graves consecuencias de esta ley, por ejemplo, no dice que la gráfica de edades que contempla de “niños y niñas” es de 5 a antes de los 12 años y “adolescentes” de 12 a 18 años, lo que no dice esta Ley es que otorga a los niños de 5 años autonomía en temas como sexualidad y religión, dando prioridad al Estado y dejando en un segundo plano a los padres. Invito a los padres de familia, a la sociedad en general, a las personas que quieren un mejor país, una familia unida, educada en principios y valores, a que analice esta Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, a través de un estudio serio que se llevó a cabo el cual pueden ustedes consultar en el portal www.iglesiatijuana.org/a/, y posteriormente según su decisión muy personal y a conciencia, puedan ustedes manifestarse, no se debe olvidar que se trata de LA FAMILIA, nuestras familias. A los ciudadanos mexicanos en muchas ocasiones nos gana la pasividad o la desidia, pero no hay que olvidar que las niñas, los niños y los adolescentes son nuestra responsabilidad, qué vamos a hacer de ellos o qué vamos a permitir que se haga de ellos. Debemos hacernos escuchar. Rita Cedeño Pérez Correo: [email protected]
Corregirse Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
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