Como un regalo decembrino adelantado, en su último sábado, noviembre sirvió a la mesa un memorable encuentro sonoro de Hombres G. Insertado como en una caja de música, el cuarteto ibérico conquistó el domo deportivo de la frontera, donde cerca de cinco mil corazones maniatados por los versos, el pop y los tintes de rock, colorearon una noche sin igual, entre luces y armonías. Tiñendo la velada con oraciones románticas, los músicos madrileños encabezados por David Summers, enredaron una y otra vez el palpitar de los bajacalifornianos que, embebecidos, corearon de inicio a fin cada una de las interpretaciones, comenzando con “El Ataque de las Chicas Cocodrilo”, para culminar con “Voy a Pasármelo Bien”, dando un repaso a los éxitos conseguidos en casi tres décadas de trayectoria Dos peculiares guitarras, el bajo, tambores y teclados dibujaron el característico ritmo de Hombres G, cuyos sonidos pop y arreglos de rock entrelazados, han dado vida a una docena de álbumes que desmenuzados la noche del 29 de noviembre, llevaron al público de un lado a otro en la imaginación, en cada rincón y butaca del Auditorio de Tijuana, donde se escribió la dulzura de una bohemia seguida de otra. Entre atmósferas de color, por instantes azuladas o rojizas, Summers lideró el montaje de “Si No te Tengo a Ti”, “Por Una Vez” y “Nassau”, con las que el cuarteto se echó el público al bolsillo y se dirigió continuamente: “Chicos, gracias por venir, nos la vamos a pasar de puta madre”, citó el cantante español, quien en respuesta, recibió el grito eufórico, aplausos, suspiros y acelerar de los corazones ahí presentes. Ataviados de forma casual, casi informal, los músicos detallaron “Huellas en la Bajamar”, al son de las cuerdas de nylon, generando un capítulo romántico pintarrajeado de morado, por segundos amarillo y verde neón, atado a las estructuras sonoras menos complejas del rock en español, pero suficientes para ventilar el palpitar enamorado que se gestó en el cántico masivo de un domo repleto de coristas. Encendido el karaoke ambulante, las guitarras dulcificaron “Rita” y “Te Vi”, en la que Summers aprovechó para hacer hincapié: “Ésta es una de las canciones más bonitas que he hecho en los últimos años de Hombres G”, para continuar con “Te Necesito”, la cual cautivó los rostros de cientos de jovencitas de las primeras filas, y de las últimas, quienes corearon intensamente “Dos Imanes” y “Solo un Par de Palabras”. “¿Cómo vamos Tijuana? Ahora les vamos a cantar una de las canciones más bonitas que hemos hecho los últimos treinta años. Es un tema que no dejaremos de tocar en vivo nunca”, asumió el vocalista previo a entonar “Te Quiero”, una de las piezas más coreadas del recital, a la que se sumaron “Indiana” y “Lawrence de Arabia”, moldeadas con guitarras de estilo hindú. Logrando todo lo que se propusieran y sin despedirse aún, los Hombres G ya había dejado un gran sabor de boca en los tijuanenses, quienes saltaban por doquier al son de “Suéltate el Pelo”, “Visite Nuestro Bar”, y la peculiar “Marta Tiene un Marcapasos”, misma que se convirtió en un mismo canto a cappella por los presentes, quienes de forma majestuosa, asumieron su papel de intérpretes. Luego de una despedida y rápido regreso al escenario, el cuarteto ofrendó “Un Milagro”: “Les queremos dedicar una canción, una balada muy bonita, de las últimas que hemos hecho”, misma que fue dibujada sobre una luz tenue y los simbolismos de un piano afinado con paciencia. Luego se escuchó “Lo Noto”, para volcar aquel momento romántico en un juego de gritos y pasión. Al paso de los minutos, el anunciado final se concretó con “¿Qué Soy Yo para Ti?” y “Temblando”, regalando así una colección de momentos que quedarán para la historia de Tijuana y el cuarteto de David Summers, quien facilitó la fluidez de un concierto que ha recorrido la República Mexicana, otorgando el deleite y regocijo de los cuarentones y los fans más nuevos que pudieron apreciar y seguir los versos de “Venecia” y “Devuélveme a mí Chica”.
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