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miércoles, octubre 2, 2024
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Politización del Presupuesto

Alguien podría explicarles a los bajacalifornianos, ¿por qué los cinco alcaldes, el gobernador Francisco Vega de Lamadrid y el secretario de Finanzas, Antonio Valladolid Rodríguez, debieron gastar recursos de los maltrechos erarios locales para reunirse con los diputados federales del Estado para presentar proyectos y que éstos se contemplen en el Presupuesto de Egresos de la Federación para enviar dinero a Baja California, cuando dichos legisladores tienen presupuesto para viajar a esta frontera y atender asuntos de su trabajo? Entonces, de dónde la necesidad de reunirse el 4 de noviembre en la Ciudad de México para erogar los pocos recursos que llegan de la Federación -la cual por cierto, a punto de finalizar el período fiscal 2014, apenas empieza a enviar el dinero que debía aplicarse en Baja California a lo largo de todo el año-. Antes, el gobernador Vega estuvo peor: se fue a México el 9 de octubre para reunirse solo con los diputados panistas y uno del PT, uno del  PVEM y otro del PRD, y “convencerlos” de que le inviertan más dinero del presupuesto federal a Baja California. Los legisladores bajacalifornianos priistas no acudieron con Kiko, arguyeron que los invitaron de último momento, que tenían sesión y por eso no asistieron. Sin embargo, previamente el coordinador tricolor norteño, Chris López, había azuzado al mandatario estatal, a través de la prensa, asegurando públicamente que el dinero de la Federación no llegaba porque no se había tramitado correctamente, versión real en parte, respaldada por los delegados federales que afirmaban que los secretarios del gobernador simplemente los ignoran, o les dan largas cuando tratan de acordar en qué gastar los recursos federales que llegaban a Baja California vía  delegaciones. Entonces a la ineficiencia de algunos de los secretarios que no supieron tramitar la solicitud de recursos federales, se agregó al confusión generada por la necesidad de llamar la atención, expuesta por el diputado Jaime Chris López Alvarado, aquel que promovió, incluso con amenaza y castigo, entre sus correligionarios bajacalifornianos, que aprobaran que el IVA pasara del 11 al 16 por ciento en esta frontera. El priista aprovechado empezó a publicitar que había conseguido más de 600 millones para Baja California, como si sus compañeros del PRI no hubieran hecho nada, como si los otros legisladores bajacalifornianos estuvieran pintados, como si pudiera conseguir el recurso sin que el Estado presente proyectos. En fin. Luego el gobernador boletina que ha presentado 181 proyectos de infraestructura por 4 mil millones de pesos en el Congreso Federal, para que los incluyan en el Presupuesto 2015. Total, pasan septiembre y octubre, en medio del inútil jaloneo entre los egos del joven López y los de Vega de Lamadrid y sus secretarios. PRI y PAN en una absurda pugna que solo afecta al resto de los ciudadanos bajacalifornianos, porque sin importar cuántos recursos se logren o se aprueben para Baja California, la obras que dejen de hacerse, el equipo que no se compre, los índices de desarrollo que no se alcancen, ellos van a seguir ganando los cientos de miles de pesos que cobran al mes. Finalmente “entran en razón”, y unos cuantos se congregaron el 4 de noviembre,  una semana antes  de las reuniones donde los legisladores federales definirán por votación cuáles proyectos y cuáles entidades federativas serán apoyados dentro del Presupuesto 2015, según informó Chris López. “Ha sido un año complicado y de retos para este gobierno, ya que algunas reformas en los niveles federal y local no contemplaron previsiones presupuestales, lo cual complica la operatividad en su aplicación, y a su vez, retrae las finanzas del Estado…”, dijo Francisco Vega de Lamadrid en el marco de estos encuentros y desencuentros respecto al año 2014. Entonces, urge mejorar para 2015, para lo cual a los bajacalifornianos solo les resta esperar y reclamar que los secretarios del gobierno estatal dejen de creer que son infalibles,  superen sus deficiencias, sus traumas partidistas, sus ínfulas políticas y deseos electorales. Que hagan el trabajo técnico y presenten las fichas en tiempo y forma. Que si no saben, pidan apoyo y no intenten responsabilizar a alguien más de sus carencias. Pero además, reciban y acuerden con los delegados federales, aunque sean de otro partido; no pueden olvidar que el titular del Ejecutivo se comprometió a que sería un gobierno de puertas abiertas. Al gobernador, que se faje y exija a sus secretarios, y de verdad al que no cumpla, que lo corra. Que si va a gastarse el dinero de la gente en viajes a México, vea más allá de los legisladores locales y de los panistas, incluso más allá de Manlio Fabio Beltrones, con quien se reunió esta semana. Como ciudadanos del norte, de  frontera, se comparten intereses con otros partidos, con diputados de otras entidades, con representantes nacionales de diversos sectores y organizaciones civiles que pueden hacerse escuchar. A los diputados federales de oposición que ya no le abonen y le apuesten a las muchas discapacidades del gobierno panista, si quieren llevar agua a su molino, vale, pero no a costa de la economía en recesión y del deficiente desarrollo de Baja California. Al Gobierno Federal, que deje de comportarse a la vieja usanza priista, que evite  tomar decisiones centralistas sin hacer un análisis concienzudo de las implicaciones en los respectivos estados, porque Baja California también es México, y tiene delegados a los que puede escuchar, porque no están en la entidad para defender al Presidente Enrique Peña Nieto, como expresó el delegado de Gobernación, José Luis Hernández Ibarra; están para ser el enlace entre las necesidades de los bajacalifornianos y el Gobierno de la República. Y finalmente, exigirles a todos que recuerden que cobran un sueldo como funcionarios públicos, y se les paga por representar al pueblo de Baja California, no a sus partidos.

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