Luego de que Jaime Bonilla Valdez desplazara a cualquier simpatizante de Andrés Manuel López Obrador en Baja California desde la elección presidencial, junto con Héctor Mares Cossío, quedaron frente al partido del Movimiento Regeneración Nacional. No hay más. Durante este tiempo Bonilla lució como incondicional a Mares, y éste, como operador absoluto de Bonilla. Hasta hace semanas que firmaron su divorcio. Primero, dicen, el ex funcionario en los tiempos salinistas, esperaba que Bonilla le cediera la diputación -lo cual, está demás decirlo, nunca sucedió–, luego, que en un arranque sensible, Mares no toleró los malos tratos que las órdenes de su jefe incluyen. Lo cierto es que MORENA se estrenará en las elecciones de 2015 con su matrimonio bajacaliforniano separado y discorde.