Los reflectores a nivel mundial apuntan a la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, precisamente cuando se desarrolla la XIV Feria Internacional del Libro en el Zócalo (FILZ) de la Ciudad de México, del 10 al 19 de octubre de 2014. Durante la FILZ el poeta Javier Sicilia presentó el título “Viajeros en la Noche”, publicado en 1999 y reeditado este año por Penguin Random House, cuya historia está basada en la vida del místico francés Charles de Foucault y narra un tema vigente: los crímenes cometidos en nombre de la religión, raza o nación. En los días del acontecimiento editorial en la gran plancha azteca, el dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad también concedió una entrevista a ZETA, a propósito de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Guerrero: “Ayotzinapa es la punta del iceberg que vuelve a emerger, pero si nos remontamos a hace veinte años, para no tocar el 68, para tomar de veinte años para acá, está Aguas Blancas, Acteal, están los niños de la Guardería ABC, están los de Salvárcar, Chihuahua, está la de mi hijo, que fue una masacre de seis personas; está Tlatlaya, está Ayotzinapa. “Cuando yo hablo de la punta del iceberg no están nada más esas masacres que estoy nombrando, están los desaparecidos cotidianos, los asesinados cotidianos, de los que nadie está dando cuenta otra vez”. — ¿Qué lectura haces cuando Enrique Peña Nieto se refiere a Iguala como un estado y no como un municipio de Guerrero? “Pues es muy grave. Ya estamos acostumbrados a los lapsus o a la ignorancia del Presidente, es muy grave, no está entendiendo el problema otra vez; no está entendiendo la dimensión de la emergencia nacional, ni los partidos; son impresentables, ni él (el Presidente) ni los gobernadores, ni los tres niveles de gobierno. “Una emergencia nacional es muy simple, pero tampoco parece que tienen sentido las palabras: es que el país se está incendiando y no podemos estar perdiendo el tiempo en otras cosas sino en apagar el incendio, que es encontrar la ruta de la paz, encontrar la ruta de justicia; y ahí tenemos que estarnos abocando todos, partidos, sociedad, gobiernos, pero no. Están ahí nada más disputándose a ver quién es el nuevo administrador del infierno o qué cártel está negociando algunos partidos”. — Algunos piden la renuncia de Ángel Aguirre, ¿qué nos dices al respecto? “Yo creo que no es un tema de personas, el problema es que el Estado está podrido, está penetradísimo por el crimen organizado por un lado, y por otro lado, penetrado de inercia, de idiotez. Es decir, el tema es mucho más grave, el tema es que estamos en un Estado de revolución, porque las instituciones están tan podridas que no hay reforma ni buenas personas que alcancen a reformar esa cosa; es muy duro decirlo, pero hay que decir las cosas como son: que están llegando ya al hartazgo de la gente buena, el síntoma de las buenas autodefensas, el síntoma de las policías comunitarias, pues es eso”. — ¿Qué opinas de la saña con que se cometen torturas y crímenes en México? Desollados, desmembrados y hasta le sacan los ojos a las víctimas… “Mira, yo creo que frente a esos niveles del mal ya no hay palabras para decir nada; es decir, es increíble que después de haber vivido lo que hicieron las juntas militares, después de toda la documentación de Auschwitz y la Alemania nazi, de la documentación de las barbaries de la Unión Soviética con el estalinismo, en México volvamos otra vez a reivindicar el horror. Pero lo que quieren es instalarnos, además de un sufrimiento inmenso por las víctimas, el terror, la parálisis, yo creo que no podemos aceptar eso; tenemos que decir no, absolutamente no”. —En ZETA se hizo un registro de los muertos y se llegó a la conclusión de que en 20 meses de gobierno de Enrique Peña Nieto, del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2014, sumaban 36 mil 718 ejecuciones. ¿Qué opinas al respecto, tomando en cuenta que faltan más de cuatro años para que termine el sexenio? “Pues que es la muestra del fracaso del Estado, y es la muestra de que no se trata de gobiernos, los vemos pasar, los vemos cambiar, y resulta que no hay una respuesta porque el problema es de estructura corrupta del Estado en todos sus niveles, incluidos los partidos políticos. “Pues entonces, simplemente creo que las elecciones ya no son posibles, tenemos que darle la espalda los ciudadanos a las elecciones, tenemos que ir a votar en blanco; tenemos que decirles ‘señores, ya no’, porque es algo de lo que les dijimos, ‘si no limpian, si no toman en serio esto, los ciudadanos vamos a ir las urnas preguntándonos por qué cártel vamos a votar’. “Yo creo que ya es el momento de decirles ‘no’, porque entre el Estado y los cárteles, entre el Estado y el crimen organizado hay un lodazal de tal magnitud que ya no sabemos dónde empieza el Estado y dónde termina el crimen. Entonces, ya no podemos convalidar las elecciones, tenemos que empujar a una reforma profundísima y creo que el único camino no violento que tenemos es darle la espalda a las urnas, darle la espalda a las elecciones, de lo contrario esto va a ir in crescendo; el Estado impotente rebasado, penetrado, va a reducir al Estado al uso legítimo de la violencia, si no, por otro lado, van a empezar a emerger cada vez más grupos civiles armados para defenderse. Vamos a entrar en una revolución”. — ¿Adviertes un estallido social, una revolución? “Absolutamente. Y tenemos que decirlo con toda la claridad, estamos a tiempo de enderezar la nave, pero si no nos oponemos y golpeamos a la clase política con nuestra ausencia de voto y éstos no entienden, éstos no van a volver a mirar a la gente y a servir a la gente y a limpiar de corrupción al Estado y sus partidos, pues lo que se viene encima va a ser peor”. — ¿Un estallido social? “Absoluto. Mayor. Digo, ya lo está, pero va a ser mayor”. —En el sexenio de Felipe Calderón hubo 26 mil 121 desaparecidos, oficialmente. ¿Qué lectura haces de que la administración de Peña Nieto no ha informado cuántos desaparecidos ha habido en estos casi dos años de gobierno? “Es muy grave el ocultamiento. Ese discursito con el que empezaron de que se trata de cambiar la percepción, o sea, se trata de borrar la realidad y crear una realidad distinta, pues no funciona, no se cambia la realidad así. Y prueba de eso es que esa realidad emerge en su punta del iceberg ese bloque de horror, de fosas comunes, de desapariciones, de asesinados, de extorsionados; emerge con 43 desaparecidos, seis muertos, una masacre atroz, además, con una cizaña que no tiene nombre. Bueno, ésa es la consecuencia de querer borrar la realidad”. — ¿Ves alguna diferencia en cuanto a la estrategia de Calderón en relación con la “estrategia” de Peña Nieto en el tema al combate al narcotráfico y crimen organizado? “Fuera del discurso, ninguna, ninguna. Hay una esquizofrenia también en el Estado y en el discurso de este nuevo gobierno: Por un lado dice: ‘hay que retejer el tejido social’, y por otro lado lo destruyen. Las reformas estructurales que le dan todo a los grandes capitales son destructoras del tejido social porque despojan de territorios, de formas de vida y de formas de economía a un montón de comunidades, lo desagarran. “Y entra el otro poder económico que es el crimen organizado, y teje un nuevo tejido social de manera perversa, porque lo que hacen es tejer tejido social perverso; entonces, el gobierno es partícipe absoluto en nombre de sus capitales legales de la destrucción de las comunidades y del tejido social que permite la instalación del crimen organizado, y eso tampoco lo quieren asumir”. — ¿Qué piensas de que en el actual gobierno ya no se habla de “víctimas colaterales” ni se lleve un registro de la cantidad de niños y jóvenes que han muerto “en fuego cruzado”? “Quieren borrar la realidad, cambiar el discurso, cambiar la percepción, pero no están asumiendo las vidas humanas realmente. Es un cambio de discurso, un cambio de maquillaje; el horror sigue estando ahí, y la falta de asumir la vida humana, los rostros humanos, es igual que en el gobierno de Calderón”. — ¿Qué ha pasado con la Ley General de Víctimas? “Pues, mira, entró en el carril burocrático, va lenta, muy lenta, otra vez no están entendiendo de qué tamaño es la emergencia nacional para meterle todo, y trabajar en función de la atención a víctimas; entonces, hay muy poco avance, por desgracia, y los muertos, los desaparecidos y las víctimas se siguen acumulando; simplemente fue un paliativo que no está correspondiendo a la dimensión de la tragedia, está atorada en los canales y vericuetos burocráticos, en los vericuetos donde ni la emergencia nacional ni la tragedia existen”. — ¿Qué lectura haces de la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Fernando Sánchez Arellano, Héctor Beltrán Leyva, pero siguen las ejecuciones, secuestros y desapariciones? “Es lo mismo que el gobierno de Calderón. Es una estrategia equivocada, absurda. Por un lado los persiguen y sacan al Ejército y ahí están, las policías siguen podridas, al hacer esto obligan a los cárteles a armarse y a generar ejércitos de sicarios con un armamento tan poderoso como el del Ejército; y después quienes controlan a esos ejércitos los descabezan. Entonces, lo que tenemos es un montón de células bien armadas, con una capacidad de delincuencia espantosa”. — ¿Cuál es tu reflexión sobre el encarcelamiento de Mireles? “Pues que es absolutamente grave. No dan con los asesinos, legalizan asesinos; parece que todo lo reducen a ‘el uso de la violencia lo tengo yo y no importa que seas asesino o criminal, yo te controlo’; y entonces por eso está la violencia, es lo que están haciendo en Michoacán. Y aquel disidente que realmente está entendiendo el problema como Mireles, el que está acusando y señalando constantemente las corrupciones del Estado con el crimen organizado, a ése lo encarcelan. “Pero no solo es Mireles, está el caso de Néstora Salgado, en otra tesitura está el caso de Mario Luna; o sea, el mensaje que está mandando el gobierno de Enrique Peña Nieto es: no importa la violencia, la controlamos o nos peleamos con los violentos, a matarlos o a someterlos; pero los que tienen razón y los disidentes, ésos van a la cárcel”. — Hemos visto cómo la violencia se agudiza por algún tiempo en cada estado: Chihuahua, Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Michoacán, Estado de México, Guerrero. ¿Cómo ves a Morelos? “Es un gran foco rojo con un gobernador (Graco Ramírez) que se niega a asumir la realidad. Yo veo muy peligroso a Morelos. Si Graco no asume la realidad que está uno diciendo constantemente y la sigue borrando como la está borrando, cooptando todos los medios locales, pues un día vamos a tener una cosa como lo de Iguala. Morelos está muy grave, seguimos teniendo alto índice de secuestros, las desapariciones están a la orden del día”. — Emulando a tu libro “Estamos hasta la Madre” (Planeta, 2011), ¿sigues hasta la madre, Javier? “Sí, muy hasta la madre, y cada vez peor; muy triste, porque se ha trabajado, se ha luchado, se ha evidenciado, se han propuesto rutas y simplemente ha sido el desprecio, la negación, y lo más terrible: los muertos que se siguen acumulando, los desaparecidos que se siguen acumulando, la indefensión de una población aterrorizada”. — ¿Por qué renunciaste a participar en la Feria Internacional del Libro de Acapulco (FILO), a desarrollarse del 15 al 19 de octubre? “Renuncié a mi participación a la Feria Internacional del Libro de Acapulco precisamente porque ir a hacer un acto cultural es convalidar el horror, mientras no se den cuenta que hay un gobernador (Ángel Aguirre) que tiene 43 estudiantes desaparecidos, seis asesinados, once heridos y un Estado violentado en sus derechos, creo que ir a hacer un acto cultural es convalidar un acto bárbaro, yo no quiero hacerlo. Ahí sí vuelvo a repetir la frase de Adorno: ‘Después de Auschwitz no se puede escribir poesía’. Cuando hay un Auschwitz en un estado uno tiene el deber de decir que no va a convalidar con la palabra de la cultura una barbarie”. — ¿Vas a ir a la FIL de Guadalajara? “Todavía no he tenido invitación”. —Finalmente, ¿cómo vas con tu novela autobiográfica? “Pues va avanzando, es una novela difícil, llevo la mitad de la novela, espero terminarla el año que entra, pasar a pulirla y no sé qué vaya a quedar, no sé si valga la pena, pero por lo menos es una narración que me debía mi hijo, para sanarme. Esperemos en Dios que sí esté para 2015, si no, no sé si la guardaré”.