Inadvertido totalmente, el PRI en Baja California renovó su órgano de estructura más importante, el Consejo Político Estatal. Increíble: en diez días quedó todo el proceso validado y electo. Al vapor: el 5 de septiembre se emitió la convocatoria, el 10 ya estaban registrados, el 16 del mismo mes ya electos. Listo. La Comisión de Procedimientos Internos, presidida por Obed Silva, dio el visto bueno la semana pasada. Es más, en un solo día se inscribieron por voluntad propia y de manera “abierta”, los 650 candidatos únicos que se necesitaban para conformar el mentado consejo, ni uno más, ni uno menos. Todavía más ridículo, dice el dictamen de registro que el lunes 15 a las “catorce horas con cincuenta (10 minutos antes para que venciera el plazo), los militantes que aparecen en el anexo (325 propietarios y 325 suplentes) se presentaron ante esta instancia estatal para presentar el registro de su planilla”. Todo el mundo sabrá que la mentada lista de nuevos consejeros fue hecha por los dirigentes, que entraron quienes convienen a los grupos y sus próximas aspiraciones. Algunos militantes narran que a ciertos priistas (como Jorge Hank Rhon) se les llamó literalmente para que mandaran su lista de simpatizantes, y así, desde la comodidad de un despacho, los nombres quedaron inscritos casi, casi por dicha y obra de la magia del PRI. De ficción.
Publicidad
