Ni el más cándido hombre en suelos mexicanos puede creer a estas alturas que el desacreditado “Premio Tlatoani” sea de verdad un galardón sincero. Quítele sincero, un galardón, así, a secas. Es por demás sabido que el denigrado reconocimiento se entrega a todo aquel funcionario de gobierno que lo pueda pagar, o bueno, que se las arregle para pagarlo con recursos públicos. Y claro, para todo aquel que crea -en su mente- que podrá impresionar al respetable. Sobre todo, para quien esté dispuesto a pasar el bochorno de un homenaje sobre pedido, por todos sabido. Pues ésta será la suerte de Arturo Ledesma Romo, síndico procurador de Tijuana, cargo que recibió por el hecho de ser el hermano de Eduardo, el dueño de facto del Partido Verde Ecologista de México en Baja California. Larga fila de funcionarios han recibido el premio. Hay para todos: el mejor alcalde, el mejor diputado, el mejor tesorero, el mejor síndico, el mejor de los mejores, el mejor… lo que a Usted se le ocurra. El cheque para adquirir el premio debe ser entre 18 mil hasta 35 mil pesos, y se recibe en la Ciudad de México. Según la versión de Sindicatura, hoy viernes 8 de agosto, el síndico verde lo tendrá en sus manos en presencia del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, por su “gran labor” y su “aportación para resolver los problemas sociales”. Por favor.