La Unidad Orgánica de Homicidios Dolosos resuelve crimen pasional donde se vio involucrado, José Baltazar Hernández Molina de 31 años de edad originario de Oaxaca quien privó de la vida a la menor de edad Adriana Sánchez Beltrán (14 años de edad). De acuerdo al Coordinador de la Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada, Miguel Ángel Guerrero Castro los hechos sucedieron el lunes 25 de agosto y el cuerpo de la occisa fue localizado a la altura del kilómetro 27 de la carretera libre Tijuana-Tecate, frente al Rancho denominado el Güicho de la colonia Florido Viejo de la Delegación la Presa Rural. “El presente asunto es producto de un móvil de homicidio pasional. El presunto responsable de nombre José Baltazar tenía una relación con la menor, derivada de que la menor pasaba mucho tiempo con él y se le había visto juntos últimamente. “Por lo que efectivamente de las constancias de la indagatoria se desprende que el indiciado determinó de privar a la hora menor a quien conoció desde hace más de dos años en la iglesia cristiana donde fungía como Pastor (Zona Este). Ya que la occisa fue congregante de dicho templo y con posterioridad comenzó a tener relaciones”, mencionó el funcionario. De acuerdo al relato oficial, las cosas se pusieron difíciles para el José Baltazar en el momento que la menor le insistía en irse a vivir con él, pero ante la negativa, le dijo al inculpado que empezaría a tener relaciones con otros hombres. Fue así que el 25 de agosto la occisa le habló por teléfono para decirle que se encontraba en la intimidad con otro hombre. Éste acudió al lugar donde le dijo la menor y la encontró con otro sujeto menor de edad a la intemperie de un lugar despoblado. Situación que le colerizó, por lo que bajó de su auto para posteriormente subirla a empeñoles, en el recorrido continúa propinándole golpes, su coraje llega a tal grado de que la toma del cuello y empieza a asfixiarla hasta dejarla sin aliento alguno, por lo que pierde la vida. Consumado el acto, el religioso se dirige a un camino vecinal en el kilómetro 27 de la antigua carretera Tijuana-Tecate baja el cuerpo inerte de la unidad para lanzarla sobre las ramas donde posteriormente fue encontrada por las autoridades correspondientes. Pero las cosas no pararon ahí, una vez en el piso el cuerpo sin vida, se dirigió al carro y tomó un desarmador para propinarle por lo menos 90 piquetes en el cuerpo, la saña de las acciones fue tal que además de lo anterior y en una segunda vuelta toma un bastón para asestarle varias golpes en la cabeza causando contusiones, acto seguido se alejó del lugar. En un intento de no ser descubierto por los familiares, José Baltazar Hernández Molina establece una coartada, acude a casa de la menor y se pone a la disposición de la madre (quien nunca sospecha del pastor pues es su guía espiritual según las indagatorias) para establecer una búsqueda. Mientras tanto, la autoridad llevaba a cabo su investigación de donde se desprendió que la menor tenía unas cartas de amor dirigidas al hoy inculpado, además de las sospechas de la relación, fueron elementos para lograr concluir con la confesión del inculpado quien será presentado ante el Juez Penal en turno y podría alcanzar una pena de 50 años de prisión por el homicidio calificado de la menor Adriana Sánchez Beltrán.
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