Osuna y las licitaciones

Correr o hacer renunciar a un secretario del Gobierno del Estado, se está haciendo cosa fácil últimamente. Ahí, dicen en el PAN, está el ejemplo de Miguel Osuna Millán, quien el 30 de julio, así, sin que nadie lo esperara, “renunció” a la Secretaría de Salud del Estado. La razón, ahora lo explican, fue que por un lado le cerraron la puerta del recurso estatal, y le negaron la facultad para licitar la adquisición de insumos de hospital para los nosocomios de Baja California, particularmente para los Hospitales Generales. Al atarle las manos en lo económico, se vino el desastre en los hospitales. Médicos quejándose que no había ni guantes, ni gasas ni suturas, mucho menos medicamentos o herramientas. Pacientes sufriendo en carne propia las deficiencias en la infraestructura y la carencia de insumos, así como familiares quedándose sin recursos para comprar todo lo que el hospital no provee. En estas condiciones se vino la petición de dejarlo fuera para solucionar los problemas. ¿Pero quién le puso el cuatro al doctor Osuna? Pues fácil, el que maneja los dineros y desde la entrada de este gobierno, controla todas las licitaciones, concursos, compras y convenios y contratos del Estado: la Secretaría de Finanzas que Francisco Vega de Lamadrid confió a Antonio Valladolid. Tan evidente es el tema que, yéndose el doctor Osuna, desde Finanzas nombraron subdirector administrativo de la Secretaría de Salud, a Édgar Castillo -movimiento que no permitieron lo hiciera el nuevo secretario, Sergio Tolento-.Para que nadie lo dude, Castillo fue secretario técnico de la regidora María Luisa Sánchez, quien a su vez, fungió como suplente de Valladolid cuando éste fue diputado federal. Recientemente se dedicó a hacerle de “ejecutivo v” del secretario de Finanzas, hasta que fue impuesto para controlar los dineros, compras, inversiones y la nómina de la Secretaría de Salud. Y nomás para alardear del poder de Finanzas, el 25 de agosto próximo se invertirán 157 millones de pesos en la adquisición de suministros para los hospitales del Estado. Obvio, convenio aprobado en la Secretaría de Finanzas, firmado por Castillo y con el visto bueno del gobernador Vega. Redondito, pues.