Tras una tarde de holgazanería en el sofá, Jaimito es sorprendido por su madre, leyendo el horóscopo: — ¡Eres un vago! Deja de leer horóscopos… “¡No te entiendo, mamá! ¿No me dijiste que me preocupara por mi futuro?”. Pepito, el compañero de banco de Jaimito, se queda dormido en plena clase. Entonces el profesor ordena: — Jaimito, ¡despierta a tu compañero! “Despiértelo usted, ¡que fue el que lo durmió!”. Llega Pepito a la farmacia: — Buenas tardes. ¿Aquí venden “frecuencia”? “No, ¿qué es eso?”. — Pues no sé, pero el doctor me dijo que tengo que bañarme con eso. La profesora pregunta a los alumnos qué quieren ser de mayores: — A ver Pablito, ¿tú qué quieres ser de mayor? “Yo, dentista”. — Muy bien. ¿Y tú, Felipe? “Yo, médico”. — Muy bien. ¿Y tú, Pepito? “Yo imbécil, profesora”. — ¿Por qué dices eso? “Porque mi padre siempre dice: ‘¡Mira la novia que tiene ese imbécil! ¡Mira el coche que se ha comprado ese imbécil! ¡Ese imbécil se sacó la lotería!’”.