Contralor

Fue precisamente Don Héctor Terán Terán, asegún líder moral y ejemplo a seguir del gobernador Francisco Vega de Lamadrid, quien pensaba que para que la revisión interna de las acciones del gobierno y la administración de los recursos fueran objetivas, la Contraloría del Estado debía entregarse a un miembro de la oposición. La vida no le alcanzó a Terán para cumplir algunos de sus planes. Aunque dos sexenios después, José Guadalupe Osuna Millán, nombraría a un miembro del PRD para esa posición. Vega de Lamadrid no le confió el puesto a nadie fuera de su círculo. De hecho los tres funcionarios más cercanos, son sus tres mejores amigos y compadres: Loreto Quintero en Oficialía Mayor, Antonio Valladolid en Finanzas, y Bladimiro Hernández en Contraloría. El negocio como el círculo queda cerrado. Quintero administra los bienes, Valladolid las finanzas, los egresos y los ingresos, y Hernández los supervisa a todos. Por eso ahora que están apareciendo las irregularidades con las licitaciones y adquisiciones, desde la Secretaría de Finanzas, llama la atención -aunque no sorprende, sí preocupa- que el contralor diga que todo está bien y acorde a la Ley. Por lo menos han sido tres los casos donde huelen mal las compras de Valladolid. En cada uno de los asuntos ha lanzado convocatorias para adquirir productos, y en los tres casos, las ha cancelado para adjudicarlas después de manera directa a compañías inexpertas y desconocidas. Así sucedió con las placas, cuando le dio el millonario contrato a una empresa que fabricaba corcholatas y nunca había hecho placas; también en el caso de las licencias de manejar, cuando directo, asignó el contrato a una compañía sin experiencia, que a su vez le entregó el contrato a una empresa de Estados Unidos que le venderá cada licencia a un dólar, y él, como intermediario, cobrará 123 pesos al Gobierno del Estado por cada documento para manejar. Y la última, la adquisición de despensas para Desarrollo Social, donde seleccionaron a una compañía que venderá por primera vez ese producto, y más caro de lo que el Gobierno del Estado de Baja California ya lo adquiría. Total, en todas estas irregularidades el contralor Bladimiro Hernández no encuentra investigación que iniciar, pero lo hará para cubrir el expediente. Qué pena, ni un año de gobierno y ya con cuentas oscuras y funcionarios cómplices.