Por muchos años y como pudo, Marco Antonio Blásquez ejerció el oficio de reportero. Luego conductor de radio y terminó de la generosa mano de Jaime Bonilla como director de una televisora local y además conductor. Hasta que del mando que Andrés Manuel López Obrador puso sobre Bonilla, Blásquez agarró un pedacito. Lo hicieron candidato a Senador de la República y el error del Partido Revolucionario Institucional de nominar a Eligio Valencia Roque al Senado, hizo que la fórmula de Blásquez terminara en segundo lugar logrando una senaduría por representación. Pero más tardó en llegar el reportero, que en traicionar los ideales de López Obrador y la agenda de quien le dio trabajo, sustento y medio, Jaime Bonilla. Se alió con los priistas y les ayudó a sacar la reforma fiscal y otras lindezas contra los intereses de los mexicanos. Recientemente el Senador que aún llama colegas a algunos periodistas, se metió ya por su cuenta y sin el respaldo de “El Peje” o de Bonilla, en la discusión de la Ley de Telecomunicaciones. Pero algo trae oculto. Sugieren sus pares, que una concesión de radio para el futuro. Lo cual se confirmó de la peor manera. Cuando los periodistas Fernando Del Monte y Jaime Flores comenzaron a criticar la postura política de Blásquez en su programa en el 950AM de Radio Fórmula, desde la Ciudad de México les dieron la orden: nada de atacar o criticar al senador Marco Antonio Blásquez. Los censuraron, dicen quienes saben desde adentro, porque Blásquez negocia con la reforma Telecom “con los poderosos” de los medios, para sacar provecho. Por lo pronto ya censuró a dos periodistas.
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