El nauseabundo olor se percibe a metros de distancia. Proviene de uno de los contenedores en los que a diario se vierte un promedio de dos metros cúbicos de mejillones de la variedad cebra, plaga adherida a las canaletas de los clarificadores y cuyas conchas colman totalmente los filtros de la planta potabilizadora de El Florido. Su presencia se detectó desde hace tres años, pero las nulas medidas por controlarla, han extendido su propagación hasta la presa El Carrizo, obra hidráulica que abastece el 98 por ciento del agua de consumo humano de Tijuana y Playas de Rosarito. Y aunque la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) señala lo contrario, que la invasión les llegó de la presa, lo cierto es que ni en una, ni otra obra hidráulica, se han adoptado medidas para contrarrestarla. Los daños por la contaminación de choros en la presa y planta potabilizadora, han dejado obsoletas instalaciones primarias y equipo, así se asentó en un dictamen colegiado de CESPT, Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y la Comisión Estatal del Agua (CEA). A estas alturas, intentar un control a base de tratamientos químicos sería en vano, se tendrían que aplicar grandes cantidades de sustancias, lo que causaría una alta toxicidad en el agua, porque sería como fumigarla, concluyen especialistas. La única solución viable recomendada, es la renovación total de dispositivos como tuberías, filtros, tomas y salidas de tanques. En 2013, el menoscabo se estimó en 38 millones de pesos, con esa inversión se cambiarían las tuberías, filtros, tanques y las tomas, para eliminar las infestación de moluscos que ponen en riesgo la salud de la población. Tanto en la Comisión Estatal de Servicios Públicos que dirige Alfonso Álvarez Juan, como en la CONAGUA que Eduardo Ledesma titula en el Estado, estuvieron al tanto del problema, de la urgencia por solucionarlo y de la importancia de la inversión. Sin embargo, el gobierno de Francisco Vega de Lamadrid nada hizo para contrarrestar las plagas de mejillones y almejas que infestaron la planta potabilizadora El Florido. De hecho no incluyeron en un plan de inversión el mantenimiento y la renovación de tuberías, como les fue recomendado por especialistas. Iniciado el ejercicio fiscal 2014, la CONAGUA firma un convenio fiscal con el Estado para obras de tubería en agua potable, identificado como PATR, en el cual se inscriben las obras necesarias para mantenimiento y renovación, donde la Federación, a través de la CONAGUA, cubre el 60 por ciento de la inversión, y el Gobierno del Estado el 40%. Sin embargo, la renovación y mantenimiento de la infraestructura de la presa El Carrizo y la potabilizadora El Florido, no fueron considerados en el convenio, por lo que la obra de 38 millones de pesos, según estimación, correspondería al Gobierno del Estado realizarla y pagarla en su totalidad. “El problema es grave”, compartió a ZETA un funcionario de CONAGUA. No es para menos, son precisamente los meses de junio, julio y agosto, los de mayor reproducción del considerado invasor más destructivo de cuerpos de agua de Norteamérica, y su reproducción es muy prolífera. Tan solo un mejillón produce un millón de descendientes al año. La Comisión Nacional del Agua recomendó incrementar el uso de ciertos químicos para un mayor tratamiento del agua, con el fin de mejorar la calidad del agua invadida por la plaga, pero lejos de ello, la CESPT ha disminuido el uso de sustancias químicas, dada “la claridad del agua que los mejillones propician”. Planta de agua potable infestada Un informe técnico emitido por la Comisión Nacional del Agua el 2 de junio de 2014, clasificado como reservado, dio cuenta de un reconocimiento sanitario por infestación de mejillones en la planta potabilizadora El Florido, como en la presa de El Carrizo. Fue el 20 de mayo de 2014 cuando, en atención a una solicitud presentada el 31 de marzo de este año por la Dirección Técnica del Organismo de Cuenca de CONAGUA, cuando se realizó una evaluación de la eficiencia operativa de la planta potabilizadora El Florido y de la presa El Carrizo. El dictamen lo emitió la comisión conformada por consultivos técnicos, especialistas de ingeniería sanitaria y ambiental, obras hidráulicas y aguas residuales de CESPT, CONAGUA y CEA. De lo observado concluyeron: “La presa y la planta están infestadas de mejillones en sus diferentes etapas del ciclo de desarrollo, por lo que para su prevención y saneamiento, se requerirán medidas de mitigación y control, y de procedimientos de tratamiento físicos y químicos…”. El documento en poder de ZETA da cuenta de la exponencial presencia del molusco en la planta de CESPT; de 13 metros cúbicos extraídos de mejillones cada tres meses en 2011, actualmente se retiran 163 metros cúbicos, esta última, cantidad equivalente a la capacidad total de 81 contenedores de basura. La remoción de las conchas en la potabilizadora ubicada en el fraccionamiento El Refugio, al Este de Tijuana, se realiza en forma manual por personal de la Comisión, particularmente en el Módulo Uno de la planta, el cual registra el mayor grado de contaminación, al localizarse adherida a las paredes el 90 por ciento de la plaga extraída, indica el informe. De acuerdo al grado de infestación actual, se presume que a diario, un contenedor de dos metros cúbicos se colma de mejillones. Su retiro de la planta El Florido se hace a través de GEN, empresa que tiene habilitados contenedores para el recogimiento diario de las conchas. Hace menos de dos meses, en mayo pasado, la extracción de las conchas se realizó en forma ardua, compartió a ZETA un trabajador de CESPT. El desazolve de conchas se implementó luego de anunciar la conformación y visita de la comisión de inspección. En dos puntos, ubicados en un costado de la planta, fueron acumulados cerros de conchas extraídas de los módulos de agua de la potabilizadora; los contenedores dispuestos por GEN resultaron insuficientes para acopiar la gran cantidad del molusco extraído. Luego de varios días fueron retirados en camiones de GEN y de la propia CESPT. En las instalaciones de la potabilizadora se dejaron dos depósitos, de dos y cuatro metros cúbicos, para que en ellos, ahora sí a diario, se coloque la plaga sustraída y sea enviada al relleno sanitario de Valle de Las Palmas. La desidia de CESPT La presencia de choros en la potabilizadora El Florido es añeja, se detectó en junio de 2011 y, al no ser atendida, se agudizó. La planta recibe el abasto de la presa El Carrizo, obra construida en 1978 para recibir el agua bombeada desde Mexicali, proveniente del Río Colorado. Su capacidad de desfogue es de cuatro metros cúbicos por segundo, y opera siguiendo un esquema de clarificación, filtración y desinfección, en ese orden. La plaga primero invadió las canaletas de los clarificadores y se propagó hasta llegar a los filtros, siendo los dos últimos, los más colmatados de conchas que ahí quedan retenidas hasta su remoción manual y que, a decir de CESPT, a últimas fechas se implementó un mecanismo hidráulico para su fácil extracción. Aunque la comisión constató la presencia de la especie invasora en los filtros del sistema de agua potable de la planta El Florido, y así lo documentó en su informe, en el que se incluyen fotografías, Antonio Cabrera, jefe del Departamento de Control de Calidad de CESPT, negó que la expansión haya llegado hasta ese punto. El funcionario aseguró que no hay ni contaminación del agua, ni daño en la infraestructura hidráulica, por lo que, fuera de la extracción de las conchas, no se requiere de medidas adicionales en los procesos de potabilización del agua. No obstante, la conclusión del dictamen señala que sí se requiere de medidas de mitigación y control para su tratamiento físico y químico, “que eviten pérdida de la infraestructura”. En el documento oficial, se da cuenta de la afectación de la obra, en lo que resalta problemas de reducción de diámetro inferior de los ductos, disminución de flujo de agua, taponamiento, corrosión, bloqueo, desequilibrio en el flujo, tanto en tuberías de captación y distribución, como en compuertas, rejas de desbaste, tuberías y válvulas; estaciones de bombeo, filtros, medidores de flujo y nivel, embalses, depósitos de captación y almacenamiento posterior, entre otros. Alfonso Álvarez Juan, director de la CESPT en el Gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, fue informado de la plaga en la planta potabilizadora, incluso le fue entregado el estudio, pero no ha tomado medidas para erradicarla y ofrecer agua de calidad. Al cierre de edición de ZETA, el jueves 3 de julio, los mejillones seguían siendo extraídos por personal de la CESPT de manera apresurada, informaron empleados de la dependencia. No aplican presupuesto En 2013 se determinó que con un presupuesto de 38 millones de pesos, se podría sustituir el equipo contaminado, por lo que CONAGUA signó un convenio con el Gobierno del Estado de Baja California, a través de CESPT, para llevar a cabo una solución al problema. De hecho, CONAGUA informó a ZETA que se tiene dispuesto un presupuesto inmediato de 12 millones de pesos para que la Comisión dé inicio con las primeras medidas de mitigación, “solo es cuestión de que licite el proyecto y el recurso será liberado”, compartió un funcionario de la dependencia que pidió omitir su nombre, ya que esta información se encuentra clasificada como confidencial. Pero la Comisión Estatal de Servicios Públicos no ha hecho nada por utilizar el recurso, tal vez porque en el convenio se determinó que tendría que aportar un 40 por ciento de la inversión, recurso que no etiquetó en su presupuesto de 2014. Y aunque el convenio tendrá vigencia durante el presente año, Alfonso Álvarez Juan informó a este Semanario que no es necesaria una inversión adicional para controlar la plaga de mejillones que los recursos invertidos en el pago que se hace a GEN para el traslado de las conchas al relleno sanitario, gasto del que, por cierto, no cuantificó monto. Ignoran recomendación de tratamiento La Comisión Nacional del Agua emitió una serie de recomendaciones para controlar la propagación de la plaga de mejillón en la presa El Carrizo y la planta potabilizadora El Florido, pero en ambos casos, no se han llevado a cabo. En el caso de la potabilizadora, el método de control recomendado incluye el uso de reactivos químicos adicionales a los utilizados para el tratamiento del agua, pero lejos de ello, la CESPT ha disminuido su uso. El paso del agua por los moluscos la clarifica, anotó Alfonso Álvarez Juan, director de la dependencia, opinión que fue secundada por Antonio Cabrera, jefe de Control de calidad de la dependencia. Es por ello que el cloro y demás sustancias para clarificarla han disminuido, lejos de aumentar, como es la encomienda. Para tratar la plaga de mejillones, CONAGUA recomendó lo siguiente: * El uso, de cuando menos, los siguientes reactivos: cloro, dióxido de cloro, ozono, peróxido de hidrógeno, bromo y permanganato de potasio. * Tomar muestras representativas en los diferentes ciclos de vida de la plaga y aplicar los productos seleccionados para la prueba. * Diseñar y construir una caseta de aplicación y dosificación del reactivo en la obra de toma, y otra caseta entre la obra de toma y la entrada a la potabilizadora. Para contrarrestar la contaminación en la presa, determinó: * Prohibir el uso de embarcaciones en la presa o garantizar su desinfección. * Prohibir la pesca para evitar el uso de larvas de mejillón como carnada. * Controlar el pH en la caseta de aplicación del reactivo. CONAGUA tampoco aplica medidas correctivas La contaminación en la presa El Carrizo se detectó hasta noviembre de 2012, la coloración atípica del agua (parduzco) almacenada en la obra hidráulica dio muestra fehaciente de la presencia de mejillones de la variedad cebra, especie relacionada con las babosas, caracoles que destruyen los jardines. En las paredes de la obra de toma de la presa y en las tuberías de aguas abajo, se les observa adheridos. Al realizar CONAGUA -en coordinación con CESPT y la Comisión Estatal del Agua- mantenimiento a las cuatro compuertas de la presa, el 7 y 28 de noviembre de 2012, encontró el cárcamo de bombeo Toyota infestado de choros. Aún los funcionarios de la dependencia federal aseguran que la infestación la derivó la planta, no la presa. Argumentaron: el nivel de agua del vaso de la presa El Carrizo en los últimos años ha sido menor al de su capacidad de extracción, por lo que el agua suministrada a las plantas potabilizadoras deriva del acueducto Las Auras, ubicada en Tecate, cuya infraestructura es nueva y no está contaminada. No obstante, indicaron que en 15 días, especialistas de las oficinas centrales vendrán a Tijuana a realizar pruebas de laboratorio para emitir un dictamen final. “Si la investigación determina que la plaga se propició en la presa El Carrizo, CONAGUA se hará responsable del saneamiento de las plantas de agua potable y de la presa”, sostuvieron directivos de la Comisión Nacional del Agua. Entrevistado por ZETA, José de Jesús Meléndez Macías, coordinador de Investigación de la Comisión Estatal del Agua (CEA), anotó que la plaga de mejillones, “es problema que está por todos lados”, por lo que “tenemos que aprender a vivir con ellos, a lo mejor en lo futuro encontremos la manera de erradicarlo, aunque lo veo difícil, pero no imposible” Mejillón cebra nocivo para la salud humana En su etapa adulta, su concha apenas alcanza los dos centímetros, pero no es su tamaño lo que determina su grado destructivo de los cuerpos e infraestructura de agua donde se adhiere y expande, sino en su alta capacidad de reproducción, pues son muy prolíferos. Tan solo un mejillón, produce un millón de descendientes al año, cuya mayoría sobrevive gracias a que han desarrollado mecanismos de adaptación a condiciones adversas. Ante la presencia de tóxicos o veneno para contrarrestarlos, estos moluscos simplemente cierran sus valvas y permanecen hasta por tres semanas enconchados, resistiendo hasta que pase el efecto del agente desinfectante. Las larvas de este invasor viven en la superficie del agua, mientras los adultos se anclan a un soporte (tubería y paredes de infraestructura hidráulica), donde forman grandes colonias. Por ello es sumamente destructivo, de hecho es considerada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), como una de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo. La presencia del mejillón cebra se ha detectado en España, Francia y Estados Unidos, en lugares de agua dulce, afectando especies acuáticas nativas e incluso ecosistemas completos, por lo que su propagación representa una seria amenaza para la ecología e infraestructura hidráulica. Incrementar el movimiento del agua y el uso de sustancias químicas, son las recomendaciones que especialistas dictan para limitar su crecimiento. A su vez, en un sitio web que es publicado por el US Fish and Wildlife Service y la Guardia Costera de Estados Unidos, con el título “Stop Acquatic Hitchhickers” se advierte lo siguiente en cuanto a los riesgos para la salud humana: * “Como una especie que al alimentarse realiza una función de filtración, los mejillones cebra pueden incrementar la exposición para humanos y animales de contaminantes orgánicos (PCBs y PAHs). Estudios iniciales demuestran que los mejillones cebra pueden acumular rápidamente contaminantes orgánicos dentro de sus tejidos, a niveles 300,000 veces superiores a las concentraciones que hay en el medio ambiente. También depositan estos contaminantes en sus pseudoheces. Estos contaminantes pueden pasar por la cadena alimenticia”. * Por último, la página también anota que “desde 1989 algunas plantas encontradas en áreas donde hay una extensa colonización de mejillones cebra, han reportado una reducción significativa de la capacidad de bombeo y la interrupción ocasional del servicio”. Isabel Mercado