Pese a la temporada de sequía que afecta la región, los datos recopilados por las áreas de protección civil en Baja California, a principios del 2014, avizoraban una temporada de lluvias atípica durante los últimos meses de este año, con una precipitación pluvial que ronda el 80 por ciento, por encima del promedio anual. Esto derivado del fenómeno conocido como “El Niño”, que se manifiesta cuando existe un incremento en las temperaturas superficiales del mar, lo que abre la puerta a más lluvias, y al paso de tormentas que se generan en el océano Pacífico al suroeste de las costas de México, que regularmente perderían su intensidad, al encontrarse con aguas más frías hacia el norte. Si bien dichas predicciones para Baja California, no pueden ser confirmadas con certeza, sino hasta dentro de aproximadamente 3 meses más, según cálculos de Sergio Reyes Coca, investigador titular del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) cuya línea de trabajo es la meteorología y climatología regional y de gran escala, tanto él como los titulares de protección civil municipal, afirman que es un hecho, que lloverá más de lo normal este año, independientemente de la intensidad. Frente a este escenario, las medidas preventivas en Ensenada, por parte del XXI Ayuntamiento, dan la impresión de que esperan una situación crítica. Las autoridades proyectan el desalojo y reubicación de al menos 20 familias, quienes viven en zonas de alto riesgo de inundaciones o deslaves en diferentes puntos de la mancha urbana, realizan labores de limpieza en cauces de arroyos; han llevado a cabo reuniones con autoridades de los tres órdenes de gobierno, para implementar medidas de emergencia en caso de un desastre, la última celebrada el 1 de julio; y planean solicitar recursos federales extraordinarios, que puedan ser ejercidos este mismo año, para invertirlos en el desazolve total o parcial, del vaso de la Presa Emilio López Zamora, que se encuentra actualmente a la mitad de su capacidad de captación, algo que desde el punto de vista de investigadores del CICESE, es una bomba de tiempo que podría impactar las zonas habitacionales construidas en las faldas de la cortina de concreto de la presa, donde, advierten, no se debió haber construido fraccionamiento alguno. “Aquí nunca habían limpiado”, comentó José de la Luz Valdez López, director de servicios públicos municipales, mientras explicaba a ZETA los trabajos de limpieza que se encuentran realizando en la zona del Arroyo Aguajito y de la Munguía, al noreste de la mancha urbana. Al menos no desde 1978 cuando lluvias atípicas arrasaron con viviendas ubicadas irregularmente en ese lugar. Del Arroyo Aguajito, a la altura de la Ampliación Márquez de León, en un primer segmento, de aproximadamente 300 metros de largo, Servicios Públicos asegura haber removido 300 toneladas de basura, escombro, y cerca de 800 llantas, que fueron utilizadas por los mismos residentes de la zona e invasores, a manera de relleno sobre el cauce del arroyo, y donde hay decenas de viviendas hechizas. Algunos de los residentes de estas viviendas, construidas prácticamente sobre el cauce del arroyo, formadas con tablones viejos, desechos de muebles, láminas, lonas y plásticos, recibieron recursos federales del programa “Vivir Mejor” y se les construyó en su interior el denominado “Piso Firme”, básicamente una losa de cemento. — ¿Cómo, les construyeron piso firme a casas que no deberían estar ahí?, preguntó el reportero a una vecina de la Ampliación Márquez de León. “No, aquí no se puede poner, allá enfrente”, respondió mientras señalaba hacia los lados del Arroyo Aguajito. Otra vecina habló sobre lo mismo: “A algunos sí les pusieron y yo vine, como yo soy la encargada (líder de vecinos), y les dije, aquí no deben de poner piso, ¿por qué ponen?, ‘ay, pues al cabo es regalado, al cabo es regalado’, me dijeron los que se lo estaban echando. ‘¡Oh!’, le dije, ¿entonces el gobierno tiene dinero para tirar y no ayudarnos a lo que nos hace falta?, que es la luz, el agua”, comentó. El alcalde de Ensenada, Gilberto Antonio Hirata Chico, en recorrido por esa zona el 1 de julio comentó a ZETA, “estamos limpiando y nunca lo habíamos visto, perros muertos, casas, chozas, horrible…tenemos que desalojar esa zona que está invadida, en zona federal, y que están peligrando”. Horas después, sostendría una reunión con autoridades de protección civil municipal y estatal, y donde fueron convocados representantes de dependencias federales y áreas relacionadas con desastres naturales. Jaime García Toscano, asesor de la dirección de protección civil en Ensenada, explicó en entrevista, que esa dependencia realizó una exposición, donde plantearon el riesgo que representan las invasiones en la zona de el Aguajito, además del riesgo para residentes en otros puntos de la mancha urbana, como son la Colonia Aeropuerto y El Sauzal, que por su ubicación son identificados como sitios de riesgo de inundaciones o deslaves. “Ahorita estamos trabajando con la cuestión del mapa (dentro del Atlas de Riesgo de Ensenada), con las manchas de inundación, que es relevante tener esas imágenes y sobre todo por la cantidad de gente que pudiera estar en los lugares (de riesgo) viviendo”, comentó Arturo Granados González, director de Protección Civil Municipal. En la zona del Aguajito y la Munguía, tienen en este momento 23 viviendas ubicadas sobre el paleocauce de arroyos, es decir, la marca de la avenida máxima de agua de un arroyo. Un problema similar al de otros arroyos en la ciudad, como es el Arroyo El Gallo, donde existen también decenas de viviendas construidas ilegalmente junto al cauce, particularmente desde la Avenida Reforma hasta el Bulevar Costero. El 27 de marzo, el director de Protección Civil Municipal, Arturo Granados González, había anunciado la necesidad de una “intervención urgente” en las invasiones que existen en los cauces de arroyos de la Munguía, donde a lo largo de más de 30 años, se han instalado decenas de viviendas, tiendas de abarrotes, talleres mecánicos y llanteras, entre otros negocios. Todos ellos en una zona federal, de alto riesgo de inundación. La falta de vigilancia durante todo este tiempo, derivó en la reducción del cauce normal de los arroyos, en el relleno con escombro y tierra en diversos puntos, lo que sumado a la acumulación de sedimento en los mismos, incluyendo en el principal arroyo de la ciudad, el Arroyo Ensenada, aumentan las posibilidades de una catástrofe. Granados González explicó que durante los últimos años, la distancia entre el punto más bajo del Arroyo Ensenada y la parte inferior de los puentes que pasan por encima de él, se ha ido reduciendo. Una evidencia del sedimento acumulado que reduce la capacidad para recibir agua en el arroyo. Por otro lado, el funcionario aseguró tener identificadas a algunas personas que además de permitir que otros lleguen y arrojen basura en el cauce del arroyo del Aguajito, frente a sus viviendas, también les cobren una cuota para hacerlo, de ahí la rápida acumulación de llantas en desuso, de llanteras de la zona, y de basura de todo tipo. “Toda la gente se ha dedicado a lo largo de estos años a rellenar”, explicó Granados. No obstante, explicó, de registrarse lluvias intensas, de manera natural el agua reclamará el espacio. A ello se le suma, la inestabilidad de los rellenos, que se derrumbarían fácilmente con las corrientes. Las precipitaciones anuales registradas en Ensenada, durante los últimos 64 años, se han caracterizado por ciclos entre sequía y lluvia, no obstante entre esos periodos existen años atípicos con mayor o menor precipitación. Con datos del CICESE, una primer temporada de sequía se registró entre los años de 1950 y 1975, posteriormente una temporada lluviosa de 1975 a 1998, y luego una de sequía entre 1999 y 2013. Las estimaciones de Reyes Coca, son de un periodo de lluvias intensas que podría registrarse a partir del año 2015, sin embargo, con las condiciones de “El Niño”, las lluvias podrían comenzar este mismo año. Sin estar preparada para ello, la ciudad de Ensenada tiene en estos momentos arroyos y presa azolvados, de ahí la urgencia tanto de protección civil como del propio Cabildo, de tomar medidas emergentes. El 18 de junio, la regidora Columba Domínguez Delgadillo, durante una Sesión de Cabildo celebrada en el Valle de la Trinidad, emitió un punto de acuerdo solicitando dirigir una petición a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para que realizara trabajos de desazolve en la presa de Ensenada. Un tema que fue turnado a la comisión del agua del Cabildo, encabezada por el regidor del Partido Estatal de Baja California, Gilberto Bernardino Sánchez Martínez. Sánchez explicó en entrevista con ZETA, que dicho tema ya fue abordado en la comisión del agua, donde fueron citados y enterados de la preocupación del Ayuntamiento, funcionarios de la CONAGUA. “Primero hicimos un recorrido por todas las partes de la presa, ya ves que una parte es federal y otra es municipal. Y encontramos que no solamente es el problema del desazolve, ¡sino de la basura! Está contaminado tanto el lado federal como el lado municipal”, explicó el regidor. Ambos temas, dijo, fueron discutidos en la comisión. Sin embargo, los regidores encontraron dos inconvenientes. Primero, el hecho de que la CONAGUA no tiene en su presupuesto para el ejercicio 2014, recursos que puedan ser destinados al desazolve de la presa. Segundo, que el costo para desazolvar los cerca de 2 millones de metros cúbicos de tierra y lodo que están acumulados en el lugar, es muy elevado. “Remover un metro cúbico de tierra cuesta ahorita, aproximadamente 100 pesos, y eso es barato”, explicó el asesor de protección civil, García Toscano. Esto significa que al menos deberán desembolsar 200 millones de pesos, para poder regresar la presa a su estado original. Aunque las estimaciones del Cabildo rondan los 250 millones en total. “En lo que toca al municipio (en la Presa) ya empezaron a recoger basura”, explicó el regidor del PEBC. “Tuvimos la reunión de ese punto y vino la representación de CONAGUA, una ingeniera que es la que se encarga de las presas a nivel estatal, y vino el del CESPE, tuvimos a Walther Zúñiga (director interino del Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada, el IMIP), tuvimos a varios ingenieros aquí por el tema. La respuesta de CONAGUA no fue que dijeran que no, lo que pasa es que no estaba presupuestado para este año el desazolve”, comentó Sánchez Martínez, quien anunció que en una de las próximas sesiones de cabildo, harán una petición para que el Alcalde Hirata, solicite a la CONAGUA y a la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada, el desazolve de la presa. También a la comisión del agua, fue convocada la diputada local Nereida Fuentes González, quien preside la Comisión de Energía y Recursos Hidráulicos de la XXI Legislatura del Estado de Baja California. El regidor Sánchez comentó que en la reunión con la legisladora, acordaron que a la par de la petición que realizará Hirata a la CONAGUA y a la CESPE, la diputada, en el Congreso del Estado, subirá un punto de acuerdo sobre la misma línea, la urgencia en el desazolve de la presa de Ensenada y otros temas de la problemática del agua que se vive en este municipio. Con el aviso de parte de la CONAGUA, de que no hay dinero programado para el desazolve de la presa de Ensenada este año, los regidores comenzaron a buscar alternativas de emergencia. Según explicó la regidora Ana Daniela García Salgado, los ediles consideraron como una alternativa, solicitar recursos al gobierno federal, a través del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), dadas las condiciones de sequía que se viven actualmente en la entidad, y que fueron tema de discusión el 20 de junio, durante la última visita a Ensenada, por parte del Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud, cuando fue instalado el Sistema Estatal de Lucha contra la Desertificación. “Sí se piensa que habrá un fenómeno El Niño…y es preferible prevenir que lamentar”, advirtió el investigador Reyes Coca, aun cuando no exista claridad en la intensidad de las lluvias. Será el próximo 1 de agosto cuando autoridades de los tres niveles de gobierno se volverán a reunir en Ensenada, para dar a conocer los avances en el tema.