Así, con este número, se enfrentó el arquero Guillermo Ochoa en el juego que sostuvo contra el anfitrión brasileño, dando como resultado el pobre empate dado el lunes 16 de junio de 2014. 11 jugadores, solo uno respondió. Falló el cuadro, la defensiva y el ataque. Señal inequívoca de que Brasil burló, pateó, apabulló, engañó, vituperó, aplastó, arrolló, controló ingenio, catedró (de cátedra), enseñó cómo se juega el balompié al equipo mexicano. Fue más fuerte y superior la jugada brasileña que la mexicana, pues Brasil mantuvo la pelota en la defensa mexicana y tiró y tiró, señal de buena coordinación, pases, jugadas, que dieron resultado, trabajo arduo para Ochoa. Lo dejaron solo. La realidad el momento en México. Solo uno trabaja y los demás celebran. Igual en el Congreso, 25 diputados, uno tiene buenas propuestas y los otros solo levantan el dedo y dicen “Sí” sin hacer nada y según ya trabajaron y son equipo. Igualito pasó en este Mundial, la segunda vez que jugó México: once contra uno y eso no se vale. Y el trabajo de los 10 restantes jugadores de la Selección, dónde quedó. Porque llegó hartas veces la bola contraria al arca mexicana. Mal equipo, mal juego, mala planeación y fue superado, México por Brasil. La verdad, más que la verdad, mal Director Técnico o malos jugadores, que no coordinaron jugadas y no defendieron lo defendible. Como en política, no defienden y todo sale mal y las consecuencias de toda la vida, mediocridad plena. P.D. “Pasó lo de todo el tiempo”. El gozo al pozo, nos superaron 2-1, la Naranja Mecánica, triunfó. La verdad quedó de manifiesto. Mal Gobierno, mal deporte. Tercermundistas, pues. Muchas cosas no funcionan en el país, no todos lo saben. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.