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martes, julio 22, 2025
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Brasil: La traición de la izquierda

Toda la izquierda brasileña, todas las organizaciones de la pequeña burguesía democraticoide y liberalona e incluso todos los sedicentes partidos comunistas de ese país se habían comprometido solemnemente a sabotear la reaccionaria bacanal futbolera. Los preparativos para tal boicot empezaron en 2013. La consigna que lanzaron las numerosas organizaciones fue: ¡No habrá Mundial!, esto es, sabotearemos esa maldita orgía futbolera que solo beneficios trae a los poderosos, a la FIFA, a los bancos internacionales, a la industria turística, a los monopolios televisivos, etcétera, etcétera, y ruina y  miseria acrecentada al pueblo. ¿Y qué fue lo que sucedió el día 12 de junio, día de la inauguración del pomposo y aristocrático evento? No sucedió nada. Mejor dicho muy poco. La consigna: “¡No habrá Mundial!”, quedó enterrada, bajo tierra. Solo pequeños grupos de manifestantes fueron consecuentes, y valerosamente salieron a la calle a manifestar su repudio, su enojo contra ese faraónico show futbolero. ¿Por qué el resto de las organizaciones convocantes no se unieron a la protesta? ¿Por qué lanzaron a la basura el compromiso de sabotear el fastuoso y decadente espectáculo que meses atrás habían firmado solemnemente? ¿Por qué dejaron solos a los pocos manifestantes quienes en forma salvaje han sido y siguen siendo reprimidos por la gendarmería y la soldadesca? La respuesta es clara: Cobardía y transacción con el Estado burgués dictatorial que encabeza Dilma Rousseff y Lula. No hay otra explicación. La gran mayoría de las organizaciones pequeñoburguesas que formaban la coalición contra el Mundial se aterraron al mirar la monstruosa cantidad de militares y policías  que fueron desplegados para custodiar las sedes del Mundial, sobre todo de Río de Janeiro y Sao Paulo. Se acobardaron al ver el estado de sitio en que se había puesto el país. Pero, también es indudable que muchas de esas organizaciones timoratas transaron. Traicionaron el Movimiento. Actuaron como auténticos verdugos que estrangularon el descontento popular. Sin duda alguna recibirán parte de las migajas que la FIFA le arrojara a la dictadura brasileña. Cobardía y traición, he allí la naturaleza de todas esa organizaciones de la izquierda burguesa y pequeñoburguesas. El proletariado solo debe confiar en sus propias fuerzas y en la conciencia política revolucionaria de las masas populares. Confiar en la clase media liberalona o en los burgueses “de rostro humano” es dejar el coyote al cuidado de las gallinas. Si el pueblo brasileño contara con un verdadero partido comunista ya muchas sedes futboleras estuvieran ardiendo en llamas. Los verdaderos marxistas revolucionarios brasileños deben entregarse en cuerpo y alma a organizar a la clase trabajadora de las fábricas y maquiladoras, principalmente. Brasil cuenta con la clase obrera más numerosa de América Latina. Un verdadero titán que de levantarse airado no habría ni policías ni militares suficientes para detener su avance hacia la victoria. Si la clase obrera y los revolucionarios hubieran logrado sabotear la suntuosa bacanal muchísimos pequeñoburgueses chovinistas (incluidos los de izquierda) lo estarían lamentando. Porque son muchos los hilos políticos y económicos que unen a la clase media con los sátrapas en el poder. La clase pequeñoburguesa vive de las sinecuras y gordas migajas que le caen del comedor de la gran burguesía. Es de observar que ningún país, ningún gobierno del “socialismo del siglo XXI”, ningún partido comunista del mundo, ni el santón de Fidel Castro, nadie, absolutamente nadie ha apoyado a los manifestantes anti mundial futbolero. Nadie se ha pronunciado contra el estado de sitio impuesto por la pseudosocialista Dilma Rousseff. Nadie ha levantado su voz indignada contra la brutal represión. Al contrario abiertamente y tácitamente otros, han respaldado la dictadura brasileña y a la FIFA y han sido frenéticos copartícipes de la bacanal futbolera. Decía el gran Lenin: “Son los hechos, los irrefutables hechos, los que hay que tomar más en cuenta que las palabras”. La izquierda burguesa brasileña y muchos otros fariseos que se auto etiquetan como comunistas en realidad son títeres a ultranza de la criminal burguesía. Completamente arrodillados a los mandatos de los dictadorzuelos Dilma Rousseff y Lula. Ahí están los hechos. Irrefutables.   Javier Antuna Tijuana, B. C. Teléf. (66 4) 1 97-46 31

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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