El miércoles 21 de mayo, un helicóptero oficial aterrizó en Ensenada. Miembros del Estado Mayor resguardaron la zona, y agentes de la Policía Federal y de la Policía Estatal Preventiva protegieron el paso. En sigilo, sin un representante del Gobierno del Estado de Baja California esperándolo, y sin la presencia de más funcionarios que él, Emilio Lozoya Austin, director de Petróleos Mexicanos, llegó al puerto bajacaliforniano. Lo esperaban empresarios del ramo energético. Lo llevaron a dar un recorrido por las instalaciones de lo que llamaron Innova, pero que era el edificio y las redes de Energía Costa Azul, la polémica Sempra Energy. Lozoya admiró el trabajo de los explotadores de gas natural, y de ahí fue trasladado a echar un vistazo a la gasera que construye en la misma zona, Zeta Gas. En ambas empresas energéticas, el director de PEMEX fue acompañado de los directivos privados. Llegó, inspeccionó, vio, comió en el Valle y se fue. De 12:00 a 4:00 pm, Emilio Lozoya estuvo en Baja California, y pocos se enteraron. Sus asuntos, como se ve, fueron más privados.