Para el licenciado Jorge A. Barbosa Cobián, la relativa disminución de la inseguridad pública en Baja California, donde los números en materia de secuestro y robo de vehículos han sido menos alarmantes el último año, es solo cuestión de percepción. “No perdamos la capacidad de asombro, no cantemos victoria”, advirtió. En otros rubros, como extorsiones y homicidios, Baja California está dentro de los primeros lugares a nivel nacional, ocupando respectivamente el quinto y el sexto. El autor del libro “La Inseguridad Pública… La Violencia y sus Sanciones en México”, dijo que si bien durante 2010 y 2011 “estuvimos en un nivel muy controlable” con respecto a la incidencia delictiva, el año pasado el clima de inseguridad “comenzó a recrudecerse” con un incremento en la comisión de homicidios. Situación que bajo su percepción, obedeció a que el combate a la delincuencia se relajó, y ante los buenos resultados en cuestión, “los delincuentes le volvieron a perder el respeto a la autoridad”. Jorge Barbosa Cobián cuenta con amplia experiencia en el rubro de seguridad. Ha sido Agente del Ministerio Público, director del Reclusorio Oriente, delegado estatal de la Secretaría de Gobernación y titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana y de Jalisco. Reconoció que en su momento, la incursión del Ejército como medida para abatir el crimen organizado fue una decisión acertada, con el papel que desempeñaron los generales Aponte Polito y Duarte Mujica; pero, insistió, “todavía hay mucho por hacer”. Baja California padece cifras que colocan al estado en los peores lugares a propósito de actos ilícitos; el 58 por ciento de los delitos que se comenten en el país, ilustró Barbosa Cobián, ocurren en esta entidad. En materia de repercusión, el año pasado hubo 37 mil víctimas, cuando la media nacional fue de 27 mil. “Tenemos todo tipo de corporación y no se abate el delito”, lamentó. “Sigue habiendo corrupción en la Policía”, no dudó en aseverar. Si los oficiales saben los nombres de los delincuentes, así como los delitos que éstos cometen, cuestionó, por qué no van tras ellos. Qué razón existe para que no cierren, por ejemplo, los establecimientos donde se recibe todo tipo de material, como cables y metales, que los delincuentes de más bajo rango desvalijan. “Por qué no cerrar todas esas chatarreras”, planteó Barbosa Cobián. En cuanto al bajo rendimiento policial, tampoco le restó importancia al desempeño de los oficiales. “No es que los policías se tengan que hacer a un lado”, para que el Ejército cumpla con la labor encomendada, sino que, previamente, cuenten con “el tiempo prudente de capacitarse”. Opinó que deben optimarse los recursos presupuestados para las corporaciones y áreas de seguridad, como los 74 millones de pesos que “se acaban de destinar a la Ministerial”, y los 102 millones contemplados para la prevención del delito. ZETA solicitó al ex servidor público su opinión sobre la inhabilitación de la que fue objeto en la administración municipal anterior, el Teniente Coronel Julián Leyzaola, quien como secretario de Seguridad Pública enfrentó a la delincuencia en uno de sus episodios más críticos a nivel local (entre 2008 y 2010), y que a manera de reconocimiento, fue invitado a repetir en el cargo en Ciudad Juárez, Chihuahua: “El coraje que uno tiene (contra la criminalidad) no se debería medir por actividades de ese tipo (uso excesivo de la fuerza pública), yo pienso que ese juicio no se debería haber llevado en contra de él”. El licenciado Barbosa Cobián estuvo como invitado en una sesión de la asociación civil UABC Campestre o Nada. Confesó que en la actualidad no ejerce, pero dedica su tiempo a escribir. Sobre su libro, comentó que éste tiene que ver con temas como secuestro, homicidio, asaltos, delincuencia de alto impacto, así como el papel u obligación que tiene el Estado de salvaguardar los derechos de los ciudadanos.
“Disminución de la violencia, cuestión de percepción”: Jorge Barbosa Cobián
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