Luego de 17 años de historia en el mundo de la música, representando el rock alternativo en la escena latinoamericana, La Gusana Ciega, oriunda de la capital mexicana, regresa a Tijuana hoy viernes 16 de mayo en Black Box, para enfrentar a un fiel público fronterizo que ha abrazado cada uno de los episodios (álbumes) en su trayectoria: “Merlina”, “Superbee”, “Correspondencia Interna”, “Súper Especial”, “La Rueda del Diablo”, “Jaibol” y “Conejo en el Sombrero”. Con más de medio millón de copias de sus discos vendidos, Daniel Gutiérrez (guitarra y voz), Germán Arroyo (batería), Jorge Vilchis (guitarra) y Luis Ernesto Martínez (bajo), retornarán con una torta bajo el brazo: se trata de “Monarca”, su reciente álbum de donde se desprende el sencillo “Tiempos para Amar”, cuya producción estuvo a cargo del músico y productor canadiense Howard Redekopp (The New Pornographers, Tegan and Sara y Mother Mother), sin perder el sentido estético comercial, característico de La Gusana Ciega. “Prácticamente estamos casi de estreno, en febrero viajamos a Vancouver, Canadá, para grabar ‘Monarca’, el cual ya está por finalizar su proceso de mezcla y masterización. Ya está casi listo, ya vimos la portada, y la verdad estamos muy contentos con el resultado”, expresó a ZETA el vocalista y líder del cuarteto, quien por tercera ocasión salió del país para producir uno de sus discos; la primera fue en Los Ángeles, California, la segunda en Nueva York, y ahora en Canadá. “Hace dos discos que no trabajábamos con un productor externo, ni salíamos de México para grabarlo. Nosotros grabamos y producimos en México ‘Jaibol’ y ‘Conejo en el Sombrero’, pero para ‘Monarca’ fue distinto, porque necesitábamos darle un giro al proceso de grabación”. — ¿Qué tanto se dejan producir en sus discos? ¿No es difícil aceptar que metan mano en las ideas que tienen como banda? “Es cierto, mientras más tiempo tienes como grupo, tienes claras algunas ideas, pero también mañas arraigadas, pero esta ocasión, el simple hecho de decir, ‘necesitamos un quinto elemento, un oído externo, una balanza entre las ideas’, abrió la posibilidad de poder trabajar con Howard Redekopp, en lugar de resistirnos a él, sino por necesidad. Eso propulsó el proceso de creación de forma divertida, creo que el productor disfrutó mucho poder trabajar con nosotros, y nosotros de no tener que encargarnos de tomar esas últimas decisiones complicadas”. — ¿Cómo fue la experiencia de grabar fuera de casa, de qué manera influyó ese contexto en la producción y resultado final del disco? “Primero que nada, Vancouver resultó ser una de las ciudades más cálidas de Canadá, pero en febrero nos tocó el clima variado, lluvia, sol, nieve; el ambiente era ciudad, pero nuestro paisaje eran montañas nevadas y mar, una mezcla muy especial. Un ambiente para inspirarse”. — ¿Esa energía afectó en el disco, o defendieron la preproducción? “Llevamos todo un preparativo, un extenso trabajo con Howard Redekopp en DF, pero cuando llegamos allá, nos cambió el chip a todos, estar lejos de casa hizo que se detuviera el tiempo. Todas las responsabilidades estaban en pausa, y nosotros dentro de una burbuja muy particular que nos permitió concentrarnos a grabar, sin importar que pasaran los días, solo enfocados en plasmar.</p> “El entorno de hecho nos puso humores diferentes, el hecho de que hubiera sol, nieve, lluvia, sí nos afectó, sobre todo porque me llevé varias letras inconclusas, y estar allá me afectó el estado de ánimo y humor. Definitivamente hay algo de Vancouver en ‘Monarca’”. — Siendo más específicos ¿qué experiencias quedaron plasmadas en el disco? “Creo que el clima frío, estar lejos de casa, que los días fueran grises, de pronto blancos, que día y noche estuviera nevando, y que la gente estuviera sombría, se filtró en el disco con carácter melancólico. También nos pegó mucho el enterarnos que tenemos fans en Vancouver, y que hay mucha gente de Latinoamérica viviendo en Canadá, que sabe de nosotros, para las cuales hicimos un showcase, convivimos con ellos”. — ¿Qué buscaron y con qué se encontraron musicalmente en la producción de “Monarca”? “Cuando nos pusimos a trabajar en el disco, una de las cosas que buscábamos era más espacio, tocar menos, lo cual suena extraño, pero estábamos acostumbrados a saturar de sintetizadores, tres o cuatro partes de guitarras, y aquí tratamos de bajarle un poquito a eso; que los arreglos fueran mejores, que se pudiera escuchar ese espacio. Estamos bien contentos porque se logra, y en el primer lugar que se escucha es en la batería, quedó increíble, se escucha el cuarto, apretado, muy grande el cuarto. Suena raro para la gente que no ubica eso, pero son espacios sonoros que no había antes en ‘La Gusana’, son canciones que surgen de la misma pluma e instrumentos que somos nosotros. “Creo que los arreglos cambian, posiblemente hay canciones que no son el clásico sello de ‘La Gusana’, y eso nos motiva porque creemos que siempre hay que hacer cosas diferentes”.
— ¿Es de alguna manera apostar por la simplicidad, o una nueva búsqueda? “Creo que sí, simplicidad en concentrarnos en los timbres y sonidos de guitarra, los arreglos de batería y bajo, pero definitivamente simplificar fue un lineamiento, una guía. Sonoramente es un muy buen balance en una banda de rock, de pronto me recuerda a lo primero de REM, tiene como unos tintes ochenteros, de Arcade Fire, The National, de ese tipo de bandas. (‘Monarca’) Es un disco que vale la pena escuchar de principio a fin, aunque son canciones que puedes agarrar y escucharlas por separado, pero vale la pena escuchar el disco completo”. — Hemos visto su necedad por permanecer en la escena, por adaptarse a las nuevas tecnologías, pero no siguen la tendencia de hacer canciones, en lugar de discos. “Se corre el riesgo de hacer un disco largo, que se queden canciones perdidas, en nuestro caso, teníamos dos años y medio sin hacer un disco, de manera que decidimos hacer un disco completo. Por supuesto que trabajaremos los sencillos y habrá canciones favoritas de la gente, pero no quiere decir que si no compras todas las canciones, te vas a perder de algo; creo que también pueden disfrutar de las canciones por individual, a su vez, estaremos pendientes de generar contenidos, hacer algo con canciones que no entraron en el disco. A nivel creativo no nos limitan los tiempos”. — Se ve un repunte en La Gusana Ciega, mucho de ello podría atribuirse a las constantes giras y el lleno en el Auditorio Nacional, y van por otra fecha en ese inmueble. ¿A qué lo acreditas? “Tiene que ver con necedad, perseverancia, creer en algo y estar insistiendo. Tiene que ver con reordenar nuestro grupo internamente, plantearnos objetivos claros, y vernos como empresa. Creo que hoy en día es muy importante que las bandas se visualicen como tal, está la parte creativa, pero también la empresarial, hacer tu marketing… en fin, se conjunta esa madurez administrativa. “Además, no hemos encontrado un estancamiento, siempre queremos hacer cosas nuevas, lo mejor, aprendiendo de las nuevas bandas, y eso nos mantiene vigentes”. Daniel Gutiérrez adelantó a ZETA que el arte del disco fue realizado por Michael Dittner, basado en el libro “Código Serafiano”, con acertijos y gráficos ocultos que irán revelando en las redes sociales. Sobre los temas del nuevo disco, el músico destacó “San Miguel” y “Perder o Jugar”.
Disfrutan vigencia

Autor(a)
- Publicidad -