José Valenzuela es un panista desde hace unos 25 años. Reaccionario, se ha ubicado más en el ala reformista del PAN que en otro lado. Pero a pesar de no ser oficialista, lleva algunos años trabajando en el Gobierno del Estado. Se inició en el Ayuntamiento que encabezó Jesús González Reyes, y fuera de unos años que se dedicó al negocio personal, ha tenido trabajo aquí y allá bajo el ala protectora de los gobiernos azules. Total, desde hace siete años labora en la Secretaría de Desarrollo Social del Estado. Tampoco en una posición de alto nivel jerárquico, lo suyo es la promoción. Parte del Grupo Carlos Castillo Peraza, donde también se encuentra el arquitecto Héctor Castellanos, han realizado duras críticas al PAN-Gobierno y los excesos de sus funcionarios. Pero don José se había mantenido tranquilo en el trabajo gubernamental. Hasta que el 29 de abril, como muchos otros empleados de gobierno, fue llamado al Foro de la Cultura de la Legalidad que organizaron la Oficialía Mayor, la Contraloría del Estado, el Sistema Educativo Estatal y el propio Centro de la Cultura de la Legalidad. La idea fue sensibilizar a los funcionarios. Desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, hubo pláticas. Los conferencistas, Loreto Quintero, Oficial Mayor; Bladimiro Hernández, Contralor, Adita Wong Reyes, y el conferencista magistral, Maestro Omar Curiel Villaseñor, con el tema de la Ética Pública. El Gobernador Francisco Vega de Lamadrid no estaba ni convocado ni en la agenda, pero ya entrado en darles cátedra a sus colaboradores acudió. Empezó a hablar precisamente de ética, valores y principios. En la cercanía de las personas, al pasar a un lado de José Valenzuela, éste sugirió al Gobernador: “Pero hay que ser congruente”. Vega se molestó pero no paró, continuó con lo suyo y cuando otro apartado de ética lo tomó, el promotor de desarrollo social insistió: “Pero hay que ser congruentes”. Una vez más el Gobernador lo ignoró, hasta que una tercera ocasión, cuando ya directamente le dijo “Señor Gobernador, pero hay que ser congruentes, ponga usted el ejemplo”, y Francisco Vega arremetió. Perdió el estilo y encolerizado le gritó: “¡Mañana ya no tienes trabajo!… ¡A partir de mañana amaneces en otro lado!”. Donde manda patrón, delegado de Oficialía Mayor inició a hacer cálculos de la indemnización de Valenzuela. Mientras los otros funcionarios convocados al foro de la cultura de la legalidad, no creían lo que escuchaban. Y ni qué decían.